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Riesgo de desaparecer, el cuadro básico de medicamentos

Raymundo Canales de la Fuente

Raymundo Canales de la Fuente

 

 

El Consejo de Salubridad General en México tiene bajo su responsabilidad el llamado Cuadro Básico y Catálogo de Insumos del Sector Salud que en el caso de los medicamentos tiene especial sentido, en vista de la enorme cantidad de fármacos nuevos que se desarrollan cotidianamente por la industria farmacéutica y he de decir que no todos tienen el suficiente sustento científico para utilizarlos de forma regular.

La industria ha incurrido en prácticas tendientes a la generación de dividendos a costa de abandonar temas de salud pública; es el caso de los antimicrobianos cuyo desarrollo está prácticamente abandonado porque “el cliente” los va a consumir quizá unos diez días, por lo que no representa un mercado atractivo en comparación con un antihipertensivo que será consumido por lo que le resta de vida al enfermo.

Además, resulta que han encontrado nuevas “enfermedades” que no son tales, como el caso de la llamada “osteopenia” que significa una pérdida en la densidad del hueso, y, en caso de que dicha pérdida se acreciente, se convertirá entonces en osteoporosis.

Subrayo que no es enfermedad porque la osteopenia carece de algún efecto en la salud de las personas, nadie se siente mal por presentarla y se corrige cambiando sólo el estilo de vida. Si una persona con osteopenia hace ejercicio, se deshace del “problema”. Ahora resulta que tenemos un arsenal terapéutico enorme de fármacos para corregir la osteopenia, la inmensa mayoría caros, y que, además, presentan riesgos (como cualquier otro medicamento) que no se justifica asumir bajo una enfermedad que no es tal.

El cuadro básico entonces resulta una regulación general acerca de qué se puede usar de manera justificada, en todos los ámbitos de la salud. Ha representado el esfuerzo continuo de muchos médicos brillantes que han dedicado su tiempo para presentarle al CSG y a la sociedad un catálogo racional, razonable y sustentado en información científica, así como en principios éticos.

Señalo este contexto porque me alarmó escuchar hace unos días al presidente López Obrador repetir algo que ya había mencionado en campaña, y que significa su voluntad para desaparecer el cuadro básico. Pensando en el acto simple de que acudo al médico cuando estoy enfermo y dicho profesional me va a prescribir lo mejor para recuperar mi salud, es razonable pensar que el galeno no debe estar atado a nada más que la voluntad para sanarme, pero, analizando el contexto al inicio de este texto, hoy más que nunca es indispensable un cuadro básico bajo muy estrictas normas éticas.

No se trata de limitar el ejercicio de la medicina, la intención es garantizar que los tratamientos tengan sentido y no representen una sangría innecesaria al estado o a las familias mexicanas. Ojalá que el Presidente y su equipo discutan el tema para arribar a las mejores conclusiones, hoy tenemos esa oportunidad.

 

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