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Protocolo de vacunación vs. covid en el embarazo

Raymundo Canales de la Fuente

Raymundo Canales de la Fuente

 

Hace un par de días, la industria farmacéutica anunció el inicio de un protocolo internacional que tiene como objetivo demostrar la seguridad de dos vacunas de RNA mensajero durante la gestación. Por supuesto responde a la presión que hemos ejercido muchas personas en el orbe en virtud de la urgente necesidad de proteger a las mujeres embarazadas, que en algunas sociedades, como la mexicana, está sufriendo serios estragos por el SARS-CoV-2.

Por razones que parecen estar relacionadas con la desorganización de la atención sanitaria, México reporta una mortalidad materna por covid-19 más elevada comparada con países europeos o con la Unión Americana.

Por supuesto, la experiencia que se acumulará progresivamente al vacunar a la población, con base en las mujeres que no se saben embarazadas al momento de recibirla, comprobará la seguridad del biológico, pero esperar ese proceso sería muy lento cuando se puede hacer un protocolo ex profeso, como lo propone la industria.

Están convocando al reclutamiento internacional de mujeres que cursen una gestación, y dispuestas a recibir la vacuna, a pesar de no existir demostración de su seguridad. El aspecto cuestionable del estudio es que, aparentemente, se llevará a cabo contra placebo, es decir, que sólo la mitad de las mujeres recibirá la vacuna y la otra mitad solamente un vehículo carente del biológico.

A mi juicio no es adecuado, en virtud de la urgencia epidemiológica para protegerlas, si cada una de ellas aceptó recibir la vacuna, posteriormente a una amplia explicación respecto a ventajas desventajas y riesgos, deberían tener algún grado de certeza en el sentido de que estarán protegidas desde el primer momento y no tener que esperar a la conclusión del protocolo para saber si cuentan con la protección.

Pero, en cualquier caso, México debería estar en primera fila para participar en el estudio y no lo veo. Tampoco tenemos hoy una dotación de dosis asignada a este grupo poblacional, que, a pesar de que en el documento rector de la vacunación se sugiere que se les debe brindar la oportunidad de recibir la vacuna, no hay un sólo centro de vacunación con dosis para ellas.

Pienso que debemos ser mucho más enfáticos y decididos con el tema en vista de la catástrofe de la que estamos siendo testigos en términos de pérdidas de vidas, que, por supuesto, no se explica únicamente por la descrita desorganización de los servicios, sino quizá también por el elevado número de mujeres que cursan con diabetes gestacional, sobrepeso o hipertensión antes de iniciar la gestación.

No resultaría difícil asignar unas pocas dosis para algunos centros obstétricos distribuidos por el territorio nacional y ofrecer a las mujeres la posibilidad de vacunarse.

Ojalá lo podamos atestiguar a corto plazo.

 

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