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Nace bebé cuyos padres murieron hace cuatro años

Raymundo Canales de la Fuente

Raymundo Canales de la Fuente

La prensa internacional da cuenta en las últimas semanas de un hecho inédito que ocurrió recientemente en China. Una pareja que hace cuatro años estaba siendo estudiada por infertilidad acudió a una clínica de reproducción asistida, en la que se generaron embriones que permanecieron congelados para su uso posterior. Bajo esas condiciones, la pareja sufre un accidente automovilístico fatal en el que ambos mueren.

Los padres de los fallecidos deciden iniciar un litigio por la propiedad de los embriones que permanecían congelados, obteniéndolos mediante sentencia judicial. Acto seguido, recurren al servicio de una mujer que se prestó para gestar en su seno al embrión y recientemente dio a luz a un bebé sano, que quedó en custodia de los abuelos.

Por supuesto, la situación descrita da pie a muchas reflexiones desde diversos ángulos. El primero que salta a la vista es la consideración de la propiedad de los embriones, que el juez del caso terminó concluyendo que se trata de tejido humano, por supuesto vivo, pero de ninguna manera es una persona. De forma subsecuente, al otorgar la propiedad de los mismos a los padres de los fallecidos, la sentencia les autoriza al uso de los mismos con fines reproductivos, dando como resultado un nieto del que no tuvieron conocimiento los que generaron los embriones.

Es urgente, en este punto, señalar que toda la ciencia y tecnología necesarias e involucradas en el caso, las tenemos en México, de forma que podríamos enfrentar una situación similar en cualquier momento. Tenemos clínicas de reproducción con embriones congelados de todos tipos, desde empresas criminales y carentes de toda ética, hasta las más formales y serias, pero como he señalado repetidamente en este espacio, carentes de toda regulación formal debido a que no tenemos una ley ex profeso.

Los derechos de los “abuelos” en el caso descrito son incuestionables, la pregunta subyacente es en torno al deber de contar con un consentimiento informado respecto del destino de los embriones en caso del fallecimiento de los propietarios originarios.

La discusión integral debería formar parte de una agenda legislativa ordenada, racional y moderna en un país que pretende acceder al desarrollo, pero no tenemos nada que parezca cerca, tomando en cuenta las posturas de nuestros candidatos. Ojalá entendieran.

 

 

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