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Coronavirus y embarazo

Raymundo Canales de la Fuente

Raymundo Canales de la Fuente

Carecemos, por lo menos en el ámbito público, de información amplia respecto a las mujeres gestantes que padecen o han padecido la enfermedad de reciente aparición por coronavirus. Los medios reportaron hace unos días el nacimiento de dos bebés infectados dentro del seno materno, es decir lo que llamamos transmisión vertical, en suma, el virus parece que puede pasar a través de la placenta e infectar al feto.

En un reciente análisis publicado por dos investigadores chinos en Lancet, parecen contradecir la transmisión vertical. Se buscaron las partículas virales en líquido amniótico y leche materna dando resultados negativos; adicionalmente, los dos casos en recién nacidos no se presentaron de inmediato, sino algunos días después del nacimiento, lo que hace pensar que la infección pudo haber ocurrido posteriormente.

Por supuesto necesitamos información específica respecto de la evolución de las mujeres gestantes, así como de los niños expuestos al padecimiento para poder emitir opiniones y articular campañas de difusión a la población relativas al tema. Las experiencias con los anteriores brotes de coronavirus, es decir el sars y el mers, en el embarazo no han sido buenas, la mujer gestante es más susceptible a complicaciones graves derivadas de la infección en comparación con la población general.

La experiencia que me tocó vivir personalmente siendo director de salud materna en el 2009, cuando ocurrió la pandemia de influenza fue francamente mala, en nuestro país tuvimos cerca de 250 mujeres que fallecieron por la infección respiratoria y analizando la evolución apreciamos que la influenza tiene más capacidad de conducir a la muerte en función del avance de la gestación, es decir, las mujeres más cerca del parto son más vulnerables, lo que parece estar relacionado con la restricción respiratoria por las dimensiones del abdomen.

Por supuesto no podemos partir de suposiciones ni de transpolar datos de otros gérmenes, pero sin duda debemos permanecer muy atentos a una enfermedad que tenemos la certeza que llegará a México. Las medidas que se están aconsejando de prevención de la infección son el lavado de manos sistemático y evitar tocarnos la cara cotidianamente, además de saludar de forma lejana a quien presente síntomas, lo que tendrá que sugerirse especialmente a las embarazadas, y de forma precautoria, quizá valga la pena “desaconsejar” el embarazo, para quienes lo estén planeando en este momento, justo antes de que tengamos la infección en nuestro territorio, por lo menos hasta pasado algún tiempo corto y podamos analizar la experiencia local y mundial.

El estudio chino, de solamente diez mujeres gestantes no reporta muertes ni diferencia importante respecto al curso de la enfermedad en comparación con el resto de la población. Ojalá la experiencia lo demuestre. Como en el caso de la influenza el uso de tapabocas parece no tener efecto protector. Por lo pronto, tenemos un sistema sanitario construido a lo largo de muchos años, con capacidad para responder tanto en información como el diagnóstico oportuno.

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