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¡Me choca el mes de febrero!

Rafael Álvarez Cordero

Rafael Álvarez Cordero

Viejo, mi querido viejo

 

El corazón no envejece,
                la piel es la que se arruga.

                Dicho popular

 

Querido viejo: resulta que me encontré con un amigo de la infancia, al cual conozco desde que estudiábamos juntos la primaria, hace ya más de 70 años. Charlamos de diversos temas como mis artículos, la familia, su jubilación y demás, y me dijo: Me choca el mes de febrero, –¿por qué, le pregunté–. Es que está lleno de anuncios del amor y la amistad, corazoncitos por aquí, florecitas por allá, regalos, fiestas, es una aburrición.

Yo creo, le dije, que debemos celebrar el amor y la amistad todos los días del año y si hay una fecha que se le ocurrió a alguien, pues qué bueno, pero ni somos más amorosos el 14 de febrero ni somos más religiosos el 12 de diciembre.

Y eso me hizo pensar en algo que es de la mayor importancia: ¿el amor acaba?, ¿será que al pasar los años los sentimientos de afecto, cariño y amor desaparecen?

¡No, y mil veces no!, porque, precisamente, son los años los que le dan el significado a nuestra vida.

Y si tenemos muchos años en esta tierra, seguramente tuvimos la fortuna de vivir experiencias hermosas que están ahí, en el fondo del corazón. Así que, fechas señaladas, como el mes de febrero, en especial el día 14, nos recuerdan que estamos vivos y que podemos seguir amando como el primer día.

Y te cuento lo que le dije a mi amigo, al que quiero mucho y admiro: Nuestra vida comenzó hace muchos años y, venturosamente, en tu primera juventud tuviste la fortuna de conocer a aquella muchachita de ojos vivaces, los cuales te hacían sentir mariposas en el estómago. Con aquella joven conociste el amor, luego unieron sus vidas llenos de optimismo y alegría y pronto llegaron los hijos. Sus hijos crecieron y ahora tienes nietos, ¡y todo ha sido consecuencia de ese amor que nació hace más de 50 años! Ella ha sido tu amante y tu amiga año tras año y tú tienes la fortuna de sentir lo mismo por ella.

¡Cómo no vamos a celebrar un día del amor y la amistad cuando tu propia vida es testimonio de esos sentimientos!

Si abres el archivo de los recuerdos y revisas mentalmente todo lo que han vivido como pareja, (las alegrías, las incertidumbres, las enfermedades y también los problemas; la partida de los hijos que se fueron a hacer su propia vida, los viajes, las experiencias gratas y las sorpresas inesperadas) podrás ver cientos de momentos, miles de días que han forjado lo que tú eras y lo que tú eres ahora, a esta edad.

La piel se arruga. Hoy necesitamos unos lentes para leer y tal vez un aparato para oír mejor, la vida te ha hecho sabio y ahí, día con día, está tu compañera que, con una sonrisa en los labios, te ha acompañado en las buenas y en las malas, en la alegría y en el fracaso.

Y si te das cuenta, ella tiene el mismo brillo en los ojos, la misma sonrisa que te cautivó al conocerla y, seguramente, ella sigue viendo en ti a aquel muchacho guapo que la enamoraba con versitos y flores. No, amigo, el amor no acaba.

¿Cómo vamos a celebrar el mes de la amistad y el día 14 de febrero?

Como siempre, con una sonrisa, tal vez con un regalito, una carta, una postal o una flor... ¡Qué sé yo!, pero, sobre todo, vamos a celebrar la vida, este y todos los meses, todos los días, a toda hora.

Gracias a la vida que nos ha dado años, salud, sentimientos y a una persona con la que compartimos las 24 horas, ¡feliz día del amor y la amistad!

 

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