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Los problemas de salud mental no me afectan

Rafael Álvarez Cordero

Rafael Álvarez Cordero

Viejo, mi querido viejo

 

 

MITO

“Los problemas de salud mental no me afectan”.

Aquí he señalado que a los mexicanos no nos interesa la salud, sino cuando algo nos duele, ya que no tenemos educación de prevención; en relación con la salud mental ese tema casi no se menciona, porque la mayor parte de las personas no piensan en las consecuencias buenas o malas derivadas de su salud mental.

Al igual que cuando preguntamos sobre la salud y el 80 por ciento de los encuestados señalaron que sí tenían buena salud, al preguntar sobre la salud mental, las respuestas son variadas: —¿salud mental, para qué?, —yo soy dueño de mi vida, conozco mi salud mental, —así nací, medio peleonero, pero me va bien, y otras respuestas semejantes; sólo algunos, en especial los viejos, aceptan que su salud mental se ha deteriorado por covid.

 

CONSECUENCIA

Negar los problemas de salud mental no es una solución, como lo es negar la obesidad, la diabetes o la hipertensión arterial; se sabe que uno de cada cinco individuos tiene problemas de salud mental en todo el mundo, uno de cada 8 o 10 jóvenes ha experimentado depresión, y 3 a 4 por ciento de la población puede tener una enfermedad mental grave, esquizofrenia, trastorno bipolar o depresión grave

Y en los viejos, que tuvieron que estar encerrados todo el 2020 debido a la pandemia, los trastornos como ansiedad, depresión y agresividad aumentaron notablemente, y otra de las consecuencias fue la aparición de más casos de suicidio; la Organización Mundial de la Salud ha alertado sobre este problema, sobre todo en jóvenes, que se agudizó en el 2020.

 

REALIDAD

La realidad es que todos los seres humanos podemos tener problemas de salud mental, pero debemos analizarnos y evaluar objetivamente qué pasa en nuestra mente y cuáles son las consecuencias de la ansiedad, el miedo o la depresión, ya que podemos tener trastornos del comportamiento diario, ausencias o déficit de atención o confrontación con los semejantes, trastornos de la alimentación, anorexia o bulimia, incluso se pueden presentar abusos en alcohol o sustancias tóxicas.

Ante este panorama, no es aquí el momento de pontificar o redactar un curso de sicología para entender lo que es la salud mental, pero es preciso que tú, estimado lector, te des cuenta de que vivimos en una época y una situación nunca antes imaginadas en el mundo, y nadie sino tú eres el responsable de analizar objetiva y honestamente cómo está tu salud mental.

De entrada, ¿tu salud mental afecta tu salud física?, ¿tienes insomnio?, ¿duermes muchas horas y no quieres levantarte?, ¿comes de más o de menos?, ¿fumas?, ¿consumes alcohol en exceso?, ¿te drogas?; estas simples preguntas pueden ayudarte a saber cómo estás.

Después: ¿estás deprimido?, ¿ansioso, temeroso?, ¿sientes que no hay salida?, ¿has tenido conflictos con tus seres queridos, amigos o compañeros?

No se vale, en este principio de una nueva era, sufrir las consecuencias de una mala salud mental, ya que hay sicólogos, siquiatras, consejeros, ministros religiosos, etcétera, que pueden ayudarnos; no olvides que el mejor siquiatra es alguien que está cerca de ti, tus padres, tu compañero o compañera, un amigo, etcétera, con quien puedas tener confianza y hablar abiertamente.

Nos enfrentamos a una nueva era, la “nueva normalidad” ni es nueva ni será normalidad, y tenemos que estar sanos, física y mentalmente, para seguir adelante; feliz 2021.

 

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