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Las 500 mañaneras y la guía ética

Rafael Álvarez Cordero

Rafael Álvarez Cordero

Viejo, mi querido viejo

 

 

La corrupción odia lo que no está corrupto.

                Paul Park

 

En estos días el Presidente llegó a 500 conferencias desde Palacio para comunicarse con el país. La costumbre de hablar a la nación es diversa: la reina de Inglaterra lo hace una vez al año, Franklin Roosevelt lo hizo semanalmente, a través de la radio en las charlas junto a la chimenea, y todos recordamos los discursos de cinco horas de Castro, Chávez y Maduro.

¿Qué ha pasado en estas 500 ocasiones? Las cifras de los analistas son claras: en esas 500 ocasiones seis de cada diez afirmaciones del Presidente son falsas o no se pueden comprobar, esto suma 37 mil mentiras, más que las que ha dicho Donald Trump (22 mil). Lo interesante es que nadie de su equipo o sus seguidores comenta esta gravísima acusación.

¿Ha hablado de los problemas del país?, sí, sólo para evadirlos o decir que están solucionados, como la venta del avión, la evasión de Ovidio, la masacre de los LeBarón, la tragedia del covid-19, o simplemente para usar su mantra: “fue la corrupción del pasado”. Así, las mañaneras sólo sirven para dividir a México, para que el odio ancestral que tiene a la inteligencia, la ciencia y la técnica se exprese en insultos, descalificaciones, amenazas, vituperios por centenares. Andrés es como bravero de cantina, con una cifra de más de 100 palabras ofensivas.

¿Han servido las 500 mañaneras?, sí, a sus intereses, pero nada más; sus seguidores son incapaces de razonar —como los republicanos estúpidos de Trump— y por eso, aunque su popularidad ha bajado, se mantiene alta —como la popularidad de Trump—, pero estos dos años son ya perdidos para México en economía, inversiones, crecimiento, seguridad, transparencia, salud y respeto a la democracia y sus instituciones. “Abrazos y no balazos”, dice, y ya suman más de 64 mil muertos por violencia; “ya se recupera la economía”, y retrocedimos a los años 30; “la pandemia está controlada”, y somos el peor país del mundo en atención al virus.

No, Andrés Manuel, tus mañaneras no han servido para comunicarte con los mexicanos, sino para ejercer ese poder absoluto que caracteriza a los tiranos. No son información, son vil y vulgar propaganda.

Y como no puedes arreglar las cosas, Andrés, ya publicaste hace meses Hacia una economía moral, con consejitos de tinte religioso que no van a ningún lado, y ahora nos sorprendes con la Guía Ética para la Transformación de México, que movería a risa si no fuera por la desvergüenza que supone.

Enrique Galván Ochoa y cinco individuos más pergeñaron este pasquín que huela a melaza y naftalina, y tiene por objeto: “impulsar una revolución de las conciencias, esto es, construir una nueva ética humanista y solidaria que conduzca a la recuperación de valores tradicionales mexicanos y universales y de nuestra grandeza nacional” y “contribuir a la construcción de una convivencia nacional pacífica, cívica, con libertad, paz, justicia, dignidad y seguridad”, ¡ajá!

Andrés Manuel: sin vergüenza alguna hablas de la ética en 20 apartados: ¿ética del respeto a la diferencia, cuando atacas a todo el que no piense como tú?, ¿ética de la vida, cuando hay 64 mil muertos y no haces nada?, ¿ética de la dignidad, cuando se la niegas a las mujeres?, ¿ética de la libertad, cuando usas tu poder para encarcelar a tus adversarios políticos?, ¿ética del amor, cuando predicas el odio cada mañana? ¿ética de la gratitud, cuando has traicionado a tus propios amigos?, ¿ética del perdón, cuando solapas la corrupción en tu familia y tus colaboradores?, ¿ética de la igualdad, cuando pregonas que “no somos iguales”?, ¿ética de verdad, Andrés Manuel, cuando has mentido miles de veces en las 500 mañaneras?, ¿ética de la fraternidad, cuando atacas sin piedad a tus adversarios políticos?, ¿ética de las leyes, cuando las violas una y otra vez?, ¿ética del trabajo, cuando has dejado a millones en el desamparo por cumplir tus caprichos?, ¿ética de la riqueza, cuando tu gobierno se corrompe día y noche?, ¿ética de los acuerdos, cuando has violado tus promeses con la mayor desfachatez? ¿Y todavía tienes cara para hablar de ética?

No, Andrés Manuel, tu obligación es gobernar, fuiste electo para ser Presidente, no predicador mendicante, olvida los panfletos, dedícate a trabajar, combate la corrupción primero en la 4T, que es muy grave y la vemos todos los días, y en lugar de perder horas en las mañaneras reúnete con tu equipo para trabajar, porque el tiempo apremia.

 

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