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Fiestas, etiquetas y un tuit

Rafael Álvarez Cordero

Rafael Álvarez Cordero

Viejo, mi querido viejo

 

No pude ver ni el Grito del día 15 ni el desfile del día siguiente, supe que el Grito fue como siempre, que el Solitario de Palacio estuvo ahí y dijo 20 “vivas”; el desfile estuvo bien, lástima por la exhibición de los viejitos como carne de cañón de la 4T; fueron buenas celebraciones.

En estos días asisto a la Secretaría de Economía, donde se debate la Norma Oficial Mexicana sobre etiquetado de los alimentos; recuerdo a mi padre que decía: “si no hay educación para la salud en casa, en la escuela y en todos lados, las políticas de salud no tendrán éxito”, y tenía razón, el problema básico de los mexicanos es su falta de educación y la multitud de mitos y consejas acerca de la salud y la enfermedad; y si la “nueva escuela mexicana” creada por la CNTE y AMLO señala que “se promoverán las matemáticas, civismo, lenguas indígenas, extranjeras e igualdad de género”, sin una mención sobre educación para la salud, estamos perdidos.

Por eso me conmueve el interés de la Secretaría de Economía, junto con funcionarios de Salud, del Instituto Nacional de Salud Pública y otros interesados, en promover un etiquetado frontal que marque con grandes letras y en color negro el contenido de las bebidas y alimentos “para prevenir así la obesidad”, en tanto que otros expertos, analistas e investigadores, con datos precisos, señalan que ese etiquetado no es adecuado, desinformará al consumidor y es erróneo en muchos de sus rubros.

Yo estuve en Bélgica en 2013 para ver un programa exitoso para prevenir la obesidad, EPODE, y ahí se analizaron los etiquetados de alimentos “nuestros resultados no sustentan la creencia de que los etiquetados pueden revertir las tendencias en obesidad”. “Los políticos daneses evaluaron los insignificantes beneficios a la salud y rápidamente los abandonaron”.1  “No hay relación entre el consumo de bebidas azucaradas y el cambio de Índice de Masa Corporal en niños de 6 a 13 años”.² “Los etiquetados se basan en límites arbitrarios y no dan al consumidor la posibilidad de aprender, todo alimento es saludable en cantidades moderadas”.³ Además, en los últimos 5 años asistí a foros en Chile, Brasil y Colombia, y pude constatar que lo que se ha pregonado no es tan transparente como se dice4, y un documento de la organización chilena LyD de expertos en políticas públicas tiene un título por demás explicativo: Evaluaciones sobre la Ley de Etiquetado de alimentos; a tiempo de incluir mejoras.5

Y si en México la Encuesta Nacional de Salud dice que sólo 4 de cada 10 mexicanos leen las etiquetas, que el 86% no las comprenden, y que el 76 % no sabe qué es una caloría ni le interesa saberlo, el sueño de que la obesidad cambiará por las etiquetas es eso, un sueño.

Porque independientemente de los esfuerzos de las autoridades y de grupos interesados, se olvida que el único placer que comparte el rico y el pobre, el sano y el enfermo, es el placer de comer, que en muchas ocasiones es el único al que pueden acceder, sea un refresco y un taco   o una abundante comida de tres tiempos; etiquetar el placer de comer podría llegar a extremos grotescos: que un sabroso guisado en un restaurante llegue con una etiqueta “exceso de calorías y grasas saturadas”, o en el estanquillo de la esquina haya un letrero “cada taco tiene exceso de grasas y sodio”.

¿Usted qué piensa, estimado lector?

 

Quiero hacer un señalamiento en relación al tuit de Enrique Krauze a Andrés Manuel López Obrador: “que el magnánimo Grito del Presidente sea el primer paso para la reconciliación nacional”, a lo que el señor Presidente respondió: “yo les tomo la palabra, creo que necesitamos la unidad… que haya libre manifestación de las ideas, derecho a disentir”. Este intercambio de declaraciones puede ser presagio de un cambio y veremos si el odio generado hasta ahora por la 4T se convierte en armonía y una auténtica democracia.

 

                1.- Nutrients 3, 2011. 

                2.- Institute of Economic Affairs, 2013. 

                3.- Pediatric Obesity, August 2013.

                4.- Medscape en español 2018.

                5.- www.lyd.org.

                Temas públicos 7 diciembre 2018

 

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