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Corrupción, corrupción, corrupción

Rafael Álvarez Cordero

Rafael Álvarez Cordero

Viejo, mi querido viejo

La corrupción es un mal inherente a todo gobierno                                                                           que no está controlado por la opinión pública.

Ludwig von Mises

 

La corrupción política se refiere a los “actos deshonestos o delictivos cometidos por funcionarios y autoridades públicas que abusan de su poder y hacen un mal uso intencional de los recursos financieros y humanos a los que tienen acceso”; el término opuesto a corrupción política es transparencia; otra definición de corrupción es “toda violación ocasionada por la acción u omisión de los deberes institucionales de quien debía procurar la realización de los fines de la administración pública y que en su lugar los impide, retarda o dificulta”.

“No somos iguales” es una de las frases que el señor Presidente utiliza una y otra vez para tratar de separarse de los “malos” que gobernaron antes; “no somos iguales” como si esa sola afirmación fuera suficiente para que sea verdad.

Sin embargo, reconociendo como lo he hecho aquí por hace más de 30 años, que hay fallas, errores y corrupción en los gobiernos anteriores, no puedo aceptar que los miembros de la llamada Cuarta Transformación sean diferentes y creo que muchos otros grupos afirman, como Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, México Evalúa, Imco, etcétera, que hay datos suficientes para asegurar que no son iguales, son mucho peores y no sólo eso, sino que las violaciones a las leyes han sido el sello de esta administración, por eso el grito del 15 de septiembre “¡Muera la corrupción!” sonó tan hueco y tan falso, fue una ofensa más a la inteligencia de los mexicanos. 

Desde antes de que se iniciara el gobierno, se ha documentado la corrupción en la propia familia presidencial, múltiples actos de corrupción en muchos funcionarios, desde el gabinete hasta los puestos más modestos: propiedades compradas con dinero del erario, contratos irregulares y sin licitación en todas las instituciones, dinero manejado subrepticiamente por hermanos del Presidente, cobro de “aportaciones” a los funcionarios, desviación de dineros de fideicomisos, errores y omisiones en los contratos del AIFA, en el Tren Maya y en la refinería de Dos bocas, 100 mil millones de pesos de irregularidades detectadas por la Auditoría Superior de la Federación, corrupción en Sembrando Vida, Cendis, Insabi, UNOPS, IMSS, Conacyt, en la compra de vacunas, y cientos y cientos de ejemplos más.

Pero lo más grave es que frente a esta corrupción de magnitud nunca vista, la única respuesta ha sido el desprecio, la descalificación, el ataque y ofensas a quienes denuncian, el silencio ante los delitos flagrantes, incluso, en las mañaneras, la exoneración a los culpables, sin vergüenza alguna.

Pero quiero señalar que el daño mayor a México no lo hace la corrupción política, sino la corrupción moral; la corrupción moral es la fuente de todas las otras corrupciones, porque bloquea o impide la formación y desarrollo de los valores humanos y sociales, y éste es el más funesto legado de la gestión de Andrés Manuel López Obrador.                                                                                                   La corrupción moral surge cuando una persona carente de respeto, honestidad, justicia, integridad y lealtad logra que la sociedad acepte sin cuestionar patrones de corrupción, y esto es lo que ha hecho este gobierno, cuando el señor Presidente exclama: “Y no me vengan con eso de que la ley es la ley”, todo es permitido, y la mente de los mexicanos se envenena y causa enfrentamientos inútiles, violencia y encono; yo tengo compañeros de escuela que votaron por Morena, pero seguimos siendo amigos y esto no nos afecta, pero millones de morenistas tienen odio mortal contra los demás, y ese es un daño que puede ser irreparable.  

Contra esas dos corrupciones debemos luchar, denunciar una y otra vez los abusos y los crímenes de esta administración y buscar la reconciliación de los mexicanos, porque no podemos vivir divididos, todos queremos vivir en un país libre, respetuoso de las leyes, demócrata y progresista.

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