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El otoño de Los Pinos

Pascal Beltrán del Río

Pascal Beltrán del Río

Bitácora del director

A finales de noviembre, la familia del presidente Enrique Peña Nieto desocupará la Residencia Oficial de Los Pinos y, de acuerdo con lo que ha adelantado su sucesor, Andrés Manuel López Obrador, ésta pasará a ser “un espacio para el arte y la cultura”.

Terminará así una historia de 83 años en que el antiguo rancho La Hormiga sirvió de casa a 13 de los últimos 14 presidentes de la República, de Lázaro Cárdenas a Peña Nieto, siendo la única excepción Adolfo López Mateos, quien prefirió quedarse a vivir en su residencia de San Jerónimo.

La decisión de López Obrador de dar por terminada esa historia se parece mucho a la que llevó a Lázaro Cárdenas a no residir en el Castillo de Chapultepec, que había servido de casa a varios de los mandatarios que lo precedieron, desde Manuel M. González hasta Abelardo L. Rodríguez.

A Cárdenas, el castillo le había parecido demasiado ostentoso y símbolo de otro tiempo.

Lo mismo opinó Benito Juárez, quien pasó allí una sola noche, la de su llegada a la capital luego del triunfo de la República sobre el Imperio de Maximiliano, en julio de 1867. El presidente Juárez optó por vivir en Palacio Nacional, que sería su última morada, pues murió allí cinco años después.

Luego de su llegada a la Presidencia en 1934, Cárdenas prefirió vivir en el rancho La Hormiga, un predio del Bosque de Chapultepec que en 1923 había sido comprado por el gobierno del presidente Álvaro Obregón a la familia Martínez del Río, luego de un largo litigio que se inició con una expropiación decretada por Venustiano Carranza. Hasta ese momento, la propiedad había sido utilizada para hospedar a la segunda figura más importante del gobierno en turno, aprovechando la cercanía que tenía del Castillo de Chapultepec.

Cárdenas le cambió el nombre de La Hormiga a Los Pinos, pues le parecía que el primer nombre no era adecuado para una residencia presidencial y, además, porque había prometido a su esposa, Amalia Solórzano, bautizar la primera residencia que tuviera la pareja en la Ciudad de México con el nombre de la huerta michoacana donde se conocieron.

Luego de algunas remodelaciones, la familia Cárdenas –su hijo Cuauhtémoc había nacido en mayo de 1934– se mudó a Los Pinos en 1935 y vivió en la residencia que entonces se conocía como “la casa grande” y posteriormente sería denominada Casa Lázaro Cárdenas. Hoy en día, en ella tiene su despacho el presidente Peña Nieto.

Después de Cárdenas, todos los presidentes vivirían en Los Pinos, salvo López Mateos. Cada uno de ellos le hizo arreglos a su estilo.

Algunos fueron de fondo: Miguel Alemán pensó que la Casa Lázaro Cárdenas era muy pequeña para vivir y ordenó construir la residencia que hoy lleva su nombre, donde han vivido varios presidentes, incluyendo el actual.

Adolfo Ruiz Cortines, quien quiso desmarcarse de la ostentación alemanista, también mandó construir un inmueble en los jardines de Los Pinos, menos llamativo, mismo que luego sería usado como despacho por Luis Echeverría.

Cuando el PRI fue desplazado de la Presidencia, Vicente Fox se negó a vivir en la Casa Miguel Alemán, la cual transformó en oficinas, y ordenó la construcción de unas cabañas en la zona de las caballerizas para que viviera su familia.

Tanto Fox como Felipe Calderón tuvieron su oficina en la Casa Miguel Alemán. Además, durante el foxismo, la alberca de Los Pinos fue clausurada y en los antiguos vestidores se levantó una oficina para la Coordinación de Comunicación Social.

En el sótano de la Casa Miguel Alemán, el boliche y los salones de fiesta fueron transformados en un cuarto de estrategia y otras oficinas. 

Cuando el PRI regresó a Los Pinos, de la mano de Enrique Peña Nieto, la Casa Miguel Alemán volvió a ser residencia y el Presidente instaló su despacho en la Casa Lázaro Cárdenas.

Esa historia de 83 años de la Residencia Oficial terminará cuando tome posesión Andrés Manuel López Obrador. Éste ha dicho que seguirá viviendo en su casa de Copilco mientras su hijo menor termina la primaria. Luego, la familia buscará una casa en renta que no quede lejos de Palacio Nacional, donde el Ejecutivo volverá a despachar de tiempo completo.

¿Qué será de Los Pinos? Seguramente, le pasará lo que al Castillo de Chapultepec, que dejó de ser la residencia oficial del Presidente para volverse el Museo Nacional de Historia en 1939.

¿La hasta hoy Residencia Oficial nunca volverá a acoger a un mandatario y a su familia? Es muy pronto para decirlo. Quince años después del fusilamiento de Maximiliano, los presidentes de México regresaron al Castillo de Chapultepec. Quizá algún día pase lo mismo con Los Pinos, vaya usted a saber.   

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