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Oswald, la URSS y México (1)

Pascal Beltrán del Río

Pascal Beltrán del Río

Bitácora del director

En septiembre de 2007, aterricé en Moscú para encontrarme con quien había encabezado la oficina de contrainteligencia de la Unión Soviética en México entre 1961 y 1971.

Llevaba muchos años cazando la entrevista con el coronel Oleg Maxímovich Nechiporenko, quien se había retirado de la KGB desde la desintegración de la URSS, en 1991.

Sabía de él por mis trabajos periodísticos sobre la guerrilla en México. A principios de la década de los 70, fue expulsado del país por el gobierno de Luis Echeverría luego de haber sido descubiertas dos células del Movimiento Armado Revolucionario, un grupo insurgente formado en Moscú, por parte de estudiantes mexicanos de la universidad Patricio Lumumba, quienes después recibieron entrenamiento en Corea del Norte.

Aunque trabajaba como espía, Nechiporenko era formalmente parte de la misión diplomática de la URSS. Su estancia en México coincidió con una de las etapas más álgidas de la Guerra Fría: la Crisis de los Misiles y los conflictos e intervenciones militares en Vietnam, Checoslovaquia y Oriente Medio ocurrieron durante esos años.

Aquí le tocó ser testigo de dos sucesiones presidenciales, las de Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz, así como del movimiento estudiantil de 1968. Asimismo, llevó una relación fluida, aunque llena de desconfianza mutua, con la Dirección Federal de Seguridad y con su personaje central, Miguel Nazar Haro.

Sin embargo, si por algo es hoy famoso Oleg Nechiporenko es por haber entrevistado en la embajada soviética a Lee Harvey Oswald, el hombre acusado de haber asesinado al presidente estadunidense Kennedy, hace medio siglo.

A fines de septiembre de 1963, menos de dos meses antes del magnicidio, Oswald viajó a la Ciudad de México a fin de conseguir una visa para volver a la URSS, país donde había vivido entre 1959 y 1961 y donde se había casado.

El 29 de septiembre pasado, presentamos en Excélsior un trabajo especial de mi compañera Claudia Solera sobre el cincuentenario de aquella vista de Oswald (http://goo.gl/jTMnFf).

En 2007, volé a Rusia sin la seguridad de que Nechiporenko me recibiría. Durante una década había querido entrevistarlo sobre su experiencia en México, pero él siempre había evitado el contacto.

Lo localicé telefónicamente a fines de agosto de 2007. Por fin, me dijo en su español casi intachable: “Pues venga a Moscú y aquí vemos si se hace la entrevista”.

Desde que se retiró de la KGB, Nechiporenko se volvió consultor en materia de seguridad. También escribió un libro sobre el asesinato de Kennedy con base en los archivos de la ex Unión Soviética.

“El viernes 27 de septiembre de 1963, aproximadamente a la una de la tarde, me llamó Valery Kóstikov (funcionario del departamento consular de la embajada soviética en México), quien se encontraba de guardia, y después de informarme que había un norteamericano solicitando una visa a la URSS, me pidió que viniera a ver de qué se trataba porque, como él se expresó, ‘parece que tiene que ver con tu trabajo’.”

Así comienza la narración sobre la sorpresiva visita de Lee Harvey Oswald, en Passport to Assassination, el libro de Nechiporenko. Cuando visité Moscú, la obra llevaba tres ediciones en ruso. En 1993, con motivo del trigésimo aniversario del magnicidio, se publicó en inglés.

En más de 300 páginas, Nechiporenko lleva al lector en un recorrido por los escenarios de la Guerra Fría y ofrece algunos pasajes de su propia experiencia como oficial de contrainteligencia en México. Fue uno de los primeros libros escritos por ex oficiales de la KGB.

Tras comparar esa información con la de la Comisión Warren y otras investigaciones, Nechiporenko llega a la conclusión de que lo más probable es que Oswald haya actuado solo en el asesinato de Kennedy.

Obviamente, el libro no es el favorito de los partidarios de las teorías de la conspiración. Su publicación incluso le valió la crítica soterrada de algunos oficiales retirados de la KGB, quienes chismearon que su colega escribió el libro para exonerar a la CIA.

Mañana, le relataré lo que me dijo Nechiporenko hace seis años sobre su encuentro con Oswald en la casona de la colonia Condesa, donde se encontraba la embajada de la URSS, hoy de la Federación Rusa.

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