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La mejor del año

Paola Virrueta

Paola Virrueta

Con o sin permiso

Se llevó a cabo el World Press Photo, que reconoce a los mejores fotógrafos del mundo. Este año el tema principal no fue guerras civiles o movimientos revolucionarios, sino el fenómeno de la migración.

La fotografía ganadora fue la de la niña hondureña Yanela Sánchez, quien en la imagen, está llorando cuando ella y su madre, Sandra Sánchez, son detenidas por funcionarios en McAllen, Texas. En el momento de la detención, el presidente Donald Trump aplicaba la norma de “tolerancia cero” contra los migrantes que querían cruzar la frontera.

El encargado de capturar ese momento fue el estadunidense John Moore, quien ha ganado una serie de premios en su carrera, incluido el Pulitzer en 2005 por Fotografía de última hora.

La foto que ganó como Historia Periodística fue la serie La caravana migrante de Pieter Ten Hoopen, que retrata la marcha de inmigrantes centroamericanos registrada entre octubre y noviembre del año pasado, mostrando a madres e hijos en busca del sueño americano.

La desaparición del periodista Jamal Khashoggi fue retratada por Chris McGrath en Estambul y ganó como Mejor Fotografía de Noticias Generales. La crisis humanitaria en la Cuenca de Chad, en África, causada por la tensión política, factores ambientales y la presencia del grupo yihadista Boko Haram, logra verse por el trabajo del italiano Marco Gualazzini.

De esta manera podría describir más fotografías tomadas por quienes arriesgan sus vidas para poder mostrarnos una realidad, que de otra manera, sería imposible. El trabajo de estos fotoperiodistas debe aplaudirse, ya que logran sensibilizarnos ante realidades tan lejanas.

REÍR O LLORAR

Después de que se registró una carambola en la autopista Córdoba-Puebla, en Veracruz, uno de los tráileres involucrados fue saqueado por las personas que estaban cerca, quienes rompieron los candados para sacar la mercancía y repartirla.

Esto ocurrió ante la vista de los automovilistas, algunos que esperaban la llegada de las autoridades para poder seguir su trayecto y que eligieron no meterse en el problema. Se nos han hecho tan normales estas escenas, que la vergüenza es lo último que sienten quienes aprovechan la situación.

FÁCIL HUIDA

Ayer, cuando elementos de la Secretaría de Transporte de Chiapas realizaban controles a taxistas, el conductor de un taxi ilegal se dio a la fuga, pese a que el auto estaba rodeado de gente. El conductor fácilmente retrocedió e intentó escapar, pero cuando estaba siendo alcanzado y los elementos le pedían que se detuviera, se fue en reversa hasta que ya no pudieron dar con él.

Me pregunto qué habría pasado en esta misma situación en otro país, donde las autoridades provocan respeto e incluso miedo. La fuga tan simple de este taxista sólo nos muestra la poca eficacia que tienen las autoridades.

 

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