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Abra sus alas 4: sorpréndase…

Paola Domínguez Boullosa

Paola Domínguez Boullosa

La coach

 

 

Ten menos curiosidad por la gente y más              

curiosidad por las ideas.

                Marie Curie

 

La libertad requiere de un espacio amplio de fluidez. Aferrarse a lo cotidiano, a lo estrictamente metódico, no es siempre lo más sano, la libertad necesita experimentarse, vivirse, disfrutarse y sobre todo aprender cada vez más sobre ella. La libertad debe gozarse, para poder comprender su valor, su fuerza y su talante.

El día a día está lleno de situaciones maravillosas, de momentos inolvidables, de sensaciones indescriptibles, de emociones privadas o compartidas, de pensamientos propios y ajenos, de ideas, de sueños, de anhelos, de trabajo, de esperanza y de ilusión. La vida necesita predisposición para poder vivir esos instantes todos los días, no importa su duración, importa su esencia, importa que nos tomemos el tiempo de disfrutarlos, de respirar profundo y sentir el aquí y el ahora. Asegúrese de guardar esa experiencia sólo como muestra de lo que la vida es capaz de ofrecerle.

La libertad necesita voluntad de ser libre, de pensar, de sentir, y de vivir así, de poder detenernos un minuto frente a un cielo maravilloso, o un paisaje, o un ser humano o una situación… la libertad se aprende en uno mismo, pero también en el reflejo de los demás, por eso es tan importante mirar a nuestro alrededor y saber qué es lo que nos rodea en cada momento, porque hay ejemplos sorprendentes en otros, que bien podríamos adaptar a nuestra vida, personas que han sabido ser humildes, generosas, honestas, claras, determinadas, humanas y por supuesto libres… porque, créalo o no, la gente libre es más sencilla, más apacible, más segura, más firme y mucho más divertida y sabia.

Porque quien se libera… se libera de toda limitante para ser lo mejor que pueda llegar a ser, viviendo bajo sus propias reglas, principios, valores y criterios. Eso es valentía con carácter y estilo propio.

Por eso, hoy le invito a tomarse unos minutos cada día y dejar que la vida le sorprenda, ilusiónese, planee a detalle su día, sus viajes, sus encuentros, sus momentos y fluya en esa ilusión y en esa voluntad de sentirse libre y feliz.

No permita que la vida adulta le impida sorprenderse, admirar, disfrutar, reír, luchar, enamorarse, entusiasmarse, aventurarse a lo desconocido, abrir su mente y su corazón y probar nuevos sabores, olores, ideas, criterios, lugares y formas de vida.

Recuerde que sorprenderse se define como pillar desprevenido, conmover o maravillar con algo imprevisto, raro, incomprensible… y es también descubrir lo que alguien ocultaba o disimulaba. Así que permita que las sorpresas le abracen y celébrelas, no sabe qué puedan esconder, los cambios siempre son buenos, deje que sus sentimientos afloren, deténgase, maravíllese y no juzgue lo diferente, o lo desconocido, porque muchas veces traen grandes conocimientos a su vida y, por último, acérquese a los demás para saber lo que sienten y lo que piensan.

Elija siempre conocer ese interior de cada uno antes de dar ninguna opinión, porque no siempre lo que se ve es lo que es, muchas veces el interior es la mejor parte.

Viva, disfrute y permita que la vida le sorprenda y haga su parte… sorpréndase a sí mismo y a los demás haciendo siempre más de lo planeado, pensando diferente y evolucionando y sintiendo más profunda y real su existencia… Como siempre, usted elige.

¡Felices sorpresas, felices libertades!

 

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