Coqueteo con la muerte
13 de Junio de 2021
#PrimeraNETA
Qué difícil fue verlo. Lo reanimaban, claramente se estaba apagando, algo lo fulminaba. No era ningún personaje cercano a nuestras familias, no era un amigo siquiera lejano, pero pedíamos por él. Una bien extendida y oportuna bandera finlandesa evitaba el morbo de los teléfonos celulares en las tribunas danesas. Se activaron los mensajes por WhatsApp: “¿Puta madre, vieron eso?”. “¡Chale!”. “Foc”. Al minuto, y con la velocidad de las redes sociales, era tiempo de ver a Simon Kjaer, capitán de Dinamarca, deteniendo con sus dos manos la cabeza de la esposa de Eriksen, en claro gesto de duelo, de luto. A miles de kilómetros de la escena seguíamos pidiendo por él. ¿A quién pedíamos? A quién fuera. “Está muy joven” pensábamos algunos, mientras sentíamos terror por ver en vivo y en directo la fragilidad de la vida. Volvió el alma al cuerpo con la siguiente gráfica: Eriksen recostado en la camilla, con oxímetro y mascarilla, se tocaba la frente, estaba vivo. Algunos creerán que el mundo entero orando le salvó la vida, otros pensarán que no le tocaba morir, y todos tendrán razón.
No pretenden estas netas ser sesiones de fe y convicción, pero nunca está de más creer en algo, creer en alguien. Algún día nos tocará ser Eriksen.
#SegundaNETA
El estatus del alemán con el #Kikiriki es exactamente el siguiente: hay un canal de comunicación fluido y confiable, hay gran interés de Gabriel Solares en conseguir que Podolski se vista de gallo, hay con que pagarlo y, lo más importante, habiendo visto las muestras de cariño y el deseo de la afición Queretana de tenerlo en casa, el ánimo de Lucas por venir a #Molelandia ha crecido a un punto tal que, probablemente, entre lunes y martes tengamos el ansiado: “Sí, acepto”. Antes de eso, no hay nada firme.
#NETASextras
—Cristiaaaaaan.
—Erikseeeeeen…
El juego de la vida se cantaba en Copenhague.
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