Pablo Carrillo

Pablo Carrillo
La neurona

Evocador

29 de Febrero de 2020

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Qué alegría ver en lo más alto del muy diezmado tenis nacional, el apellido Zarazúa, y no sólo eso, sino tener la oportunidad de saludar y abrazar al querido Chente Zarazúa, a quien siendo niño y adolescente admiré inmensamente, pues verlo jugar dobles en la Copa Davis, de la mano de Marcelo Lara, Raúl Ramírez y Joaquín Loyo Mayo, era una delicia, elegante en su indumentaria, su tremendo copete, así como su gran tenis, en especial recuerdo su enorme juego en la red, su toque era, sencillamente especial.

Chente se desempeñaba como ejecutivo en Televisa, en el área de deportes, y durante los cinco años que laboré en esa empresa en los años 80, era una delicia conversar con él, así como escucharle narrar con otro figurón del tenis nacional, Pancho Contreras, hacían una pareja maravillosa, profundamente conocedora de la técnica y del juego. Cosas del destino, su sobrina nieta, Renata, ha causado revuelo en el presente Abierto Mexicano de Tenis Telcel, del que orgullosamente Grupo Imagen ha sido un socio comercial hace ya varios lustros. Todos recordaremos esta edición del Abierto, por la irrupción maravillosa de la menudita jugadora capitalina, que ha sentado sus reales en la Florida buscando proyectar desde ahí su carrera.

Es inenarrable el ánimo y ambiente que se ha percibido estos días cuando ha ido sorprendiendo, una y otra vez a sus rivales como lo hizo en la propia primera ronda en la que derrotó a Sloane Stephens, treinta y cinco del ranking de la WTA, una enorme diferencia, pues Renata actualmente está en el doscientos setenta de la clasificación, situación que el lunes próximo cambiará prácticamente en cien puestos, pues por lo menos estará entre las ciento ochenta mejores del planeta con serias posibilidades de, incluso, meterse a las ciento cincuenta mejores del planeta cuestión que le abre de lleno el panorama.

Qué lástima que el tenis nacional se haya manejado tan mal en los últimos veinte años, presidentes van y vienen, y nada pasa, salvo estas contadas emociones que pasan más por el lado del esfuerzo individual, de apoyos de empresas privadas, que por un trabajo y coordinación de los dirigentes del tenis, cada vez llega uno peor que el anterior, y el tenis nacional totalmente a la deriva.

Qué tiempos aquellos en que los nuestros estaban entre los cien mejores del planeta, participando en el grupo mundial, era una delicia.

Gracias Renata Zarazúa, por recordarnos que el tenis mexicano era muy grande…

 

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