Pablo Carrillo

Pablo Carrillo
La neurona

Admirable

28 de Febrero de 2021

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Sinceramente, como aficionado a los deportes, y como todos y cada uno de los que disfrutamos con los eventos deportivos, estoy muy agradecido con el desenlace que han tenido a lo largo de la pandemia. Durante aquellos aciagos meses en los que todo resultaba en incertidumbre, desconocimiento y angustia, resultaba muy complejo conocer el derrotero que tendrían los distintos espectáculos deportivos.

Recordemos aquellos días complejos en los que, además de la zozobra y los predicamentos que afrontábamos ante los embates de la terrible enfermedad que provocaba innumerables contagios, fallecimientos y demás fatalidades, el deporte, y en especial, el balompié, nos permitió, gracias a la actividad en Alemania, encontrar un poco de luz al fondo del infortunado túnel.

A pesar de todo, las ligas del deporte profesional comenzaron, como el basquetbol de la NBA, a darnos alegría, en ese caso, gracias a la famosa burbuja que se organizó en Florida. Y así, poco a poco, se fueron sumando algunos deportes para, a pesar de las negativas circunstancias, alegrarnos el espíritu a los aficionados que observábamos esperanzados el momento de regresar a la normalidad.

Al mismo tiempo, deportes como el tenis y el golf también permitieron a los aficionados regresar a su actividad para poder sortear los complejos momentos y así, gracias a la práctica del deporte, encontrar sosiego y alegría, pues jugar al aire libre y con sana distancia  se convirtió en un bálsamo y un motivante para intentar superar tan desafortunados tiempos. Ahora, y sin que aún cantemos victoria, pareciera que la esperanza crece gracias a los maravillosos profesionales de la medicina que, arriesgando su vida, han logrado sacar adelante a tantas personas. Mi más amplio reconocimiento a todos ellos, son unos verdaderos héroes.

Anoche pudimos presenciar, en la función de box del Canelo Álvarez, en el Hard Rock Stadium, así como en los partidos de la NFL, a un porcentaje muy afortunado de la afición, el cual ha aparecido en cantidades limitadas en los recintos deportivos, lo que les ha regresado la vida, pues el ver encuentros deportivos sin público en las tribunas ha sido muy desafortunado, aún con los esfuerzos de los productores, que aderezaban las transmisiones con sonido ambiente grabado, con aficionados de cartón en las butacas y demás apoyos tecnológicos para intentar vivir, como siempre, dichos espectáculos.

Mi más sincero reconocimiento. Por ahora, la esperanza, cada vez con más argumentos, de poco a poco regresar a los recintos vivos, más valorados que nunca.

Admirable por donde se le vea…

 

 

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