Un gran cambio para las policías municipales

Por Arturo Ávila Anaya

La seguridad a nivel nacional ha presentado un deterioro importante y la gente lo percibe. De acuerdo con la última Encuesta Nacional de Seguridad Pública (Inegi, 2019), el 76.8% de la población se siente insegura. En ciudades como Cancún (Mara Lezama), Tapachula (Óscar Gurría) y Villahermosa (Evaristo Hernández) la situación es alarmante, el 93, 95 y 96% de la ciudadanía dice sentirse insegura. Estos municipios habían sido gobernados por el PRI y el PRD, ahora son gobernados por Morena y las cosas no han mejorado.

Esto no es nuevo, el deterioro de la seguridad viene de tiempo atrás y es uno de los principales retos de la presente administración. Hay que reconocer el esfuerzo del presidente Andrés Manuel López Obrador, atiende la prevención del delito con sus programas sociales, sumado a la creación de la Guardia Nacional (GN), pero hace falta mayor compromiso de los gobiernos locales. No se le puede dejar toda la responsabilidad a la GN, debe existir el compromiso de los gobiernos estatales y municipales por mejorar sus cuerpos policiacos. La tarea de las policías municipales es fundamental, porque son el eslabón más importante del sistema de seguridad de nuestro país debido a que son los más cercanos a la ciudadanía.

El mejoramiento de la seguridad requiere una mayor inversión en recursos. Las condiciones de las policías estatales y municipales es muy deficiente. De acuerdo con la ENECAP (Inegi, 2018), los policías laboran, en promedio, 70 horas a la semana, con ingresos apenas suficientes para satisfacer las necesidades básicas de sus hogares (67.4%); tienen poca formación, el 25.9% no recibió cursos de formación inicial; nivel educativo promedio de educación media superior; tienen sobrepeso (52.2%) u otro tipo de afectaciones a su salud (18.4%) e incluso ellos deben poner de su bolsa para la compra de equipo de trabajo y de su uniforme (42.3%).

Tenemos policías con una gran carga de trabajo, bajos ingresos, poco capacitados y salud deficiente. Por si fuera poco, hay pocos policías estatales y municipales, pues a nivel nacional hay una tasa de 236.2 policías por cada 100 mil habitantes, cuando la ONU recomienda al menos 300 policías. Además, son los cuerpos de seguridad que tienen la peor evaluación de la ciudadanía (sólo cuatro de cada 10 personas consideran efectivo su desempeño) y es a los que menos confianza le tienen (54.5% no le tiene confianza).

Es necesario un gran cambio en la política de seguridad pública, principalmente en las policías municipales, que reduzca la vulnerabilidad y que mejore las condiciones de vida de los habitantes, que al mismo tiempo pueda coadyuvar con la GN. El fortalecimiento de las policías debe ser una tarea fundamental para todos los gobiernos debido a que son la base del andamiaje de la seguridad pública en el país. La GN es un paso en la dirección adecuada, pero será insuficiente si no es acompañada del compromiso de los gobiernos estatales y municipales. Por eso es necesario pensar en un nuevo modelo para las policías, que considere al elemento humano como parte fundamental. Asimismo, es necesario mejorar las condiciones laborales de los policías. Que tengan sueldos dignos, que cuenten con el equipo adecuado y con capacitación realizada por expertos. Fue el modelo que propuse para Aguascalientes, en donde, lamentablemente, las condiciones de los policías se han visto deterioradas bajo los gobiernos del PAN, que encabezan Tere Jiménez y Martín Orozco. La idea final es tener un cuerpo de seguridad cercano a la gente, que se ganen su confianza y que reduzcan los delitos del fuero común, porque, al disminuirlos, es más difícil que haya delitos del fuero federal.

           *Presidente IBN/B Analitycs
                y experto seguridad nacional