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¿Un futuro sustentable para México tras el covid-19?

Opinión del experto nacional

Opinión del experto nacional

Por Jorge Reyes Iturbide

Sin duda alguna, la situación que actualmente vivimos a raíz de la pandemia por el covid-19 ha provocado muchos cambios y ajustes en nuestra vida diaria (personal, social y profesionalmente), pero también en la forma de operar de las empresas y de las organizaciones en general, las cuales, poco a poco, han ido reintegrándose a esta llamada “nueva normalidad”.

Para muchas organizaciones en México, ésta ha sido una situación bastante complicada, llena de dificultades y retos, e incluso lamentables pérdidas; pero, al mismo tiempo, ha representado una oportunidad de reflexión, repensamiento, reestructuración y/o renovación, permitiendo desde la digitalización y optimización de procesos y modelos de negocio, hasta la implementación de esquemas de home office y teletrabajo de forma acelerada que, en diversos casos, se mantendrán incluso una vez superada esta pandemia.

Así, esta “pausa” en la forma “normal” de operar de las organizaciones públicas, privadas y sociales también ha permitido analizar sus prioridades, los impactos sociales y ambientales de sus operaciones y cuestionarse el futuro deseado, en el cual tal vez hay ciertas prácticas que tendrían que cambiarse para lograr una mayor armonía con su entorno, en beneficio de la organización, las personas que la integran y sus diversos grupos de interés.

Es aquí en donde toma relevancia la implementación de conceptos como la responsabilidad social y la sustentabilidad en cualquier tipo de organización, y más aun a nivel individual, para comportarnos como personas social y ambientalmente responsables. Si logramos llevar esto a nuestra vida diaria, podremos también, poco a poco, ir incidiendo en las organizaciones con las que nos vinculamos en nuestro rol de colaboradores, clientes o consumidores, usuarios o beneficiarios, integrantes de una comunidad e incluso accionistas o inversionistas.

Con ello, se podría ir conformando una “nueva normalidad”, en donde lo “normal” sería estar alineado al desarrollo sostenible, contribuyendo a éste desde la actividad empresarial, las políticas públicas y las iniciativas de la sociedad civil, teniendo objetivos comunes y de largo plazo que permitan un verdadero desarrollo económico, social y ambiental para nuestro país.

Y si bien hay empresas en México que llevan años ostentándose como socialmente responsables, es momento de demostrar que esto no es sólo una etiqueta o un reconocimiento más, sino una nueva forma de operar y de hacer negocios; y lo mismo desde el sector público, en donde no se trata de un tema de tal o cual partido, sino del interés público y de la sociedad en su conjunto, por lo que puede ser el eje rector para alinear las actividades tanto legislativas como ejecutivas, sin caer en contradicciones (que muchas veces hemos visto), incluso dentro de integrantes de un mismo gobierno.

 

Estos cambios requieren, sin duda, del compromiso de todos los sectores para poder generar las alianzas y sinergias que nos permitan, como país en su conjunto, transitar hacia un futuro más sustentable. ¿Acaso será éste uno de los aprendizajes significativos que logremos de la actual pandemia, para detonar, en gran medida, una alineación al desarrollo sostenible, o se mantendrán los esquemas previos, a pesar de la mayor conciencia social y ambiental que se ha generado?

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