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Ruptura de precedentes…

Opinión del experto nacional

Opinión del experto nacional

Por Héctor Vasconcelos

El principio de no intervención en asuntos internos de otros países —concepto en que creo fervientemente— acaso no impida emitir algunas observaciones que no son realmente opiniones, sino mera constatación de hechos.

 

Para un observador situado en casi cualquier parte del mundo, lo más significativo de lo que tuvo lugar el día de ayer en Washington es el hecho mismo de que ocurrió. Desde la fundación de Estados Unidos —a partir de 1789—, el Poder Ejecutivo se ha transmitido ininterrumpidamente y de manera pacífica en esa nación. Por primera vez, lo acontecido entre las elecciones del 3 de noviembre pasado y el ataque al Congreso del 6 de enero de 2021 puso en riesgo tal continuidad histórica. Durante meses, un porcentaje importante de los republicanos y aun algunos demócratas, todos ellos azuzados por el presidente Trump, cuestionaron la validez de los resultados electorales, creándose así una atmósfera de tensión política y descontento en importantes segmentos de la población, que pusieron en duda el desenlace del proceso electoral. Que la transmisión del poder haya ocurrido pacíficamente devuelve la certidumbre respecto a la fortaleza institucional de Estados Unidos.

Pero no sólo por lo anterior el día de ayer será recordado como un hito en la historia norteamericana. En la toma de posesión pudimos atestiguar que una mujer —de ascendencia afroamericana e hindú— puede llegar a la Vicepresidencia. El hecho no sólo recalca la igualdad de oportunidades para los distintos géneros, que ya es una realidad en Estados Unidos, sino que subraya, simbólicamente, la circunstancia de que ese país fue construido por inmigrantes.

El discurso de toma de posesión del presidente Biden se puede resumir en un solo concepto: el llamado a la unidad. Dados los acontecimientos de los últimos tiempos en aquel país, difícilmente podría encontrarse una idea más idónea para tratar de disminuir la polarización y llamar a la consecución de metas comunes. Con el llamado a la unidad empezó Joe Biden su discurso y con el mismo lo concluyó. Está por verse si ese ideal, tan elusivo como indispensable, se consigue en los próximos meses. Pero será ésa la única forma de romper el curso creciente de confrontaciones de los últimos años.

Sin intención alguna de injerencia en temas privativos de otras naciones, creo que se puede afirmar que, alrededor del mundo, muchos millones de personas celebrarán ciertas decisiones iniciales del presidente Biden, mismas que adoptó en las primeras horas de su gestión: reincorporar a Estados Unidos al Acuerdo de París sobre cambio climático es algo que celebramos todos quienes estamos conscientes de ese reto, el más grave de todos y para el que ya estamos en retraso. Tal decisión la celebrarán particularmente las generaciones jóvenes que corren el riesgo de recibir un planeta probablemente inhabitable en cuestión de décadas.

 

En cuanto a México y Centroamérica: la oferta de un nuevo plan migratorio que pueda contribuir a resolver de fondo ese añejo problema norteamericano será especialmente bien recibido por los países donde se generan tales migraciones. El hecho de suspender la construcción del muro fronterizo envía una señal en el sentido de un cambio de tono y enfoque en este tema.

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