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El reto inmenso de ser mujer

Opinión del experto nacional

Opinión del experto nacional

Por Luis Maldonado Venegas*
 

En 1975 ocurrieron dos hechos que, en conjunto, significarían un suceso histórico en la lucha por la reivindicación de los derechos de la mujer: bajo los auspicios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y en el marco de la primera Conferencia Mundial sobre la Mujer celebrada en México, se registró esa fecha, de la que este viernes 8 de marzo se cumplen 44 años, como el Año Internacional de la Mujer y Día Internacional de la Mujer.

Debemos reconocer que ha sido (y es todavía) una esforzada batalla porque en nuestras sociedades prevalecen actitudes misóginas: denigración, discriminación, violencia, aversión y desconfianza hacia la mujer, que obstaculizan la igualdad de género en todos los aspectos del desempeño humano. Con datos a enero de 2019, la ONU y la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los Estados Unidos, nos dicen que, actualmente, hay en el planeta siete mil 545 millones de seres humanos. Contra lo que muchos suponen, los hombres representan el 50.5% de la población mundial, es decir, poco más de 3 mil 787.5 millones, en tanto que las mujeres son tres mil 712.5 millones (49.5 por ciento).

En México ocurre algo diferente: según el Inegi, en 2018, éramos 131 millones 452 mil 016 habitantes, pero la proporción entre géneros era de 94 hombres por cada 100 mujeres. Y no obstante ello, nuestro consuetudinario machismo ha rebasado fronteras.

Al principio de este texto me permití citar, a manera de epígrafe, las dos primeras líneas de un soneto de quien fue una admirable mexicana, la jalisciense Griselda Álvarez Ponce de León, primera mujer gobernadora en la historia del país, si bien lo fue del estado de Colima (1979): “Nacer mujer es un inmenso reto, circunstancia toral, dura la vida”. El poema fue dedicado a la Federación Mexicana de Universitarias, de la cual, doña Griselda fue presidenta honoraria vitalicia hasta su deceso.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) ha trabajado intensamente para promover la igualdad de género, los derechos y el empoderamiento de la mujer. Inclusive, son las prioridades globales de la organización desde 2008.

En este rubro, imposible olvidar los derechos y el activismo de las mujeres del campo, que constituyen más de la cuarta parte de la población mundial y la mayoría del 43% de las mujeres en la fuerza de trabajo para el desarrollo agrícola mundial. Aunque ellas celebran el Día de las Mujeres Rurales el 15 de octubre, avizoramos, sin duda, que crecerá el movimiento ya iniciado a nivel internacional para reivindicar sus derechos, sus medios de subsistencia y su bienestar. Como es sabido, no disfrutan de un acceso equitativo a servicios públicos, educación y asistencia sanitaria. Es en este sector donde se ensañan la pobreza y la discriminación.

Los números estadísticos sobre la población mundial, cuyas diferencias son mínimas, hasta ociosas podría decirse, inducen a reflexionar sobre ese inmenso reto que significa para la mujer enfrentar cotidianamente escenarios de misoginia.

Un breve repaso a la historia universal nos muestra los perfiles de insignes mujeres y sus valiosas aportaciones a la cultura, el arte, la política y la democracia. Pensemos en la escritora y precursora feminista española Emilia Pardo Bazán, en la polaca María Sklodowska (madame Curie), pionera en el estudio de la radiactividad y primera en recibir dos premios Nobel en distintas especialidades  (física y química ),  la exdirigente del Partido Comunista, antifranquista y ferviente luchadora por los derechos de la mujer Dolores Ibárruri (La Pasionaria), o en la religiosa albanesa Agnes Gonxha Bojaxhiu, mejor conocida como Teresa de Calcuta, ganadora del Nobel de la Paz en 1979.

Recordemos en México a la poeta y escritora sor Juana Inés de la Cruz, a Elvia Carrillo Puerto, una de las primeras mexicanas electas diputadas, a Frida Kahlo y a nuestra narradora, poeta y diplomática Rosario Castellanos. Y qué decir de Andrea Cruz Hernández, primera mujer piloto de la Fuerza Aérea Mexicana, graduada en 2011, o de Linda Silvia Torres Castilleja, presidenta de la Unión Astronómica Internacional, primera mujer a nivel nacional en obtener un doctorado en astronomía. Y aun así, persiste la batalla. Lo inadmisible es claudicar.

                *Presidente de la Academia Nacional de            Historia y Geografía de la UNAM

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