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El aumento de los precios en la industria agroalimentaria

Opinión del experto nacional

Opinión del experto nacional

Por Alejandro Armenta Mier*

A lo largo de los años en México, el campo y los que laboran en él, han sido desatendidos por los diferentes niveles de gobierno y las diferentes administraciones, ocasionando así que se tenga a nuestros hermanos campesinos en condiciones de pobreza, desigualdad y segregación social. ¿En qué momento de nuestra historia se volvió motivo de vergüenza trabajar la tierra que nos da de comer a todos? La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) reportó que en 2021 los alimentos en el mundo tuvieron en promedio un aumento de 28%, al ser los cereales como el maíz y el trigo los que más incremento registraron. Lo anterior se debió a una baja en la producción a nivel mundial, escasez y mayor cotización.

Así mismo, en la actualidad y derivado de las condiciones generadas por el conflicto armado al Este de Europa, la FAO advirtió que los alimentos tendrán nuevamente un aumento de precio generalizado alrededor del mundo, donde los países importadores, como México, son los que resultarán más afectados, encaminándonos hacia una posible crisis alimentaria.

¿Por qué nuestro país debe ser importador de alimentos si es tan extenso y sus tierras tan fértiles? El Inegi y la Sader dieron a conocer los resultados de la cuarta edición de la Encuesta Nacional Agropecuaria, en donde podemos observar que el principal problema de los productores es el alto costo de los insumos y servicios como el combustible, energía eléctrica, semillas, fertilizantes y mano de obra.

En nuestro país la superficie sembrada alcanza aproximadamente las 18.1 millones de hectáreas y la cosechada rondó cerca de las 17.05 millones de hectáreas, lo que podemos traducir en 199.94 millones de toneladas de alimento agrícola al año. En contraposición a lo anterior, en México se desperdician 20.4 millones de toneladas de alimentos cada año, es decir, un promedio de 158 kilos por persona, según datos del Banco Mundial.

Urge impulsar la creación de leyes y reformas que beneficien a la población, fomenten el cuidado alimentario y generen políticas económicas y sociales para contrarrestar el impacto, ya que, de llegar a suscitarse una crisis alimentaria, se generaría una inflación mayor en los productos básicos.

En la actualidad se han realizado acciones para fortalecer al campo mexicano, impulsar y poner en marcha programas sociales que nos acerquen paso a paso a la soberanía alimentaria de nuestro país. Entre las acciones se encuentran los programas de fertilizantes; de fomento a la agricultura, ganadería y pesca; de precios de garantía a productos alimentarios básicos; de abasto rural, y de abasto social de leche.

Todos ellos han colocado un pilar para el desarrollo agroalimentario de nuestro país, es por ello que es importante que desde el Senado de la República se siga legislando e impulsando reformas en pro del bienestar del campo, de los campesinos y sus familias, y, por supuesto, en favor de la soberanía alimentaria, pues la tierra no es la herencia de nuestros padres, sino un préstamo de nuestros hijos.

¡No abandonemos el campo, no abandonemos a nuestros hermanos agricultores y ganaderos!

 

* Senador de la República

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