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Distribuidores y farmacéuticas vs. niños con cáncer

Opinión del experto nacional

Opinión del experto nacional

Por Lucía Meza Guzmán

¿Quién puede descalificar a los padres de familia que protestaron en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México por la falta de fármacos para atender el cáncer de sus hijos? Desde luego que nadie. Es entendible el enojo, la furia y la preocupación de estas personas, sobre todo porque está de por medio la vida de sus hijos.

En primera instancia habría que decir que las autoridades federales de salud no han tenido la capacidad para informar el porqué de la falta de los medicamentos. No sólo se trata de denunciar la corrupción que hay detrás de las empresas distribuidoras y los laboratorios.

Se debería explicar por qué las grandes empresas farmacéuticas no siempre venden sus productos de manera directa al gobierno; de los convenios entre éstas y las distribuidoras, de los cuales ambas se benefician y, por lo mismo, los medicamentos se encarecen.

Por ello, es conocido, estas distribuidoras se han prestado siempre a la corrupción que les ha permitido “ganar” importantes licitaciones con los gobiernos federal y/o los estatales para surtirlos de medicamentos.

Fue por ello que en septiembre del año pasado el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que su gobierno no se iba a dejar chantajear por nadie; esto, en un claro mensaje a las proveedoras y laboratorios fabricantes del medicamento metotrexato y otros para enfrentar el cáncer.

No hay que olvidar que ya la Comisión Federal de Protección para Riesgos Sanitarios (Cofepris) había cancelado la compra de dicho medicamento por no haber cumplido con los estándares de calidad de fabricación y monopolizar su venta al gobierno federal.

El Presidente denunció que quisieron boicotear no entregando ni vendiendo la medicina que se necesita para los niños, y al mismo tiempo advirtió: “No nos van a doblegar”, por lo que se compró la medicina en Francia.

En aquel momento el presidente Andrés Manuel López Obrador acusó que tres empresas vendían 70 por ciento de todos los medicamentos al gobierno y, por lo mismo “no había abasto suficiente”.

Grupo Pisa, que no es una distribuidora, sino una farmacéutica, está señalada por el mismo gobierno de haber retrasado las entregas de metotrexato para niños con leucemia, razón por la cual la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, dio a conocer que esta empresa, principal proveedor del Hospital Infantil de México, tiene al menos seis indagatorias abiertas.

Informó también que se inició una investigación contra el director del nosocomio, Jaime Nieto Zermeño, y el jefe de Hemato-Oncología, Luis Enrique Juárez Villegas, como probables responsables de generar desabasto de medicamentos para niños con cáncer.

El problema topa indistintamente en la corrupción. Por ello, derivado de la alianza que existe, por conveniencia, entre las farmacéuticas y los laboratorios, es que estamos frente a una suerte de boicot con un propósito claro, que la sociedad descalifique al gobierno en un tema tan delicado como es el de la salud y, peor aún, cuando tiene que ver con el cáncer en los niños.

El anuncio del Presidente de poner en marcha un plan de emergencia para atender a los pequeños es importante porque representa el compromiso del gobierno para  que los menores no padezcan del suministro de medicamentos, pero también es importante detener de una vez por todas la alianza y el boicot de los distribuidores y farmacéuticas que, pareciera, poco les importa la salud de los menores con cáncer.

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