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¿Y el Presidente? Feliz, feliz, feliz

Miguel Ángel Godínez García

Miguel Ángel Godínez García

Alto mando

Feliz, feliz, así pudo verse el Presidente en el Castillo de Chapultepec al presidir la ceremonia conmemorativa a la Marcha de la Lealtad, y cómo no estarlo, si tuvo la oportunidad de que el EM refrendara su lealtad a su mando.

Feliz, feliz lució también frente a su magno proyecto en Santa Lucía, que en el marco del festejo del Día de la Fuerza Aérea, aprovechó para constatar los avances tal como lo ha ordenado. Ambos eventos coordinados cada uno de manera escrupulosa por sus respectivos generales, el secretario de la Defensa Gral. Sandoval, y el Gral. Gustavo Vallejo, encargado de la obra.

Y es que cuando más álgidos se le ponen los problemas al Presidente, la suerte que lo acompaña es inaudita. Mientras llevaba semanas distrayendo la atención de la opinión pública a conflictos en todos los rubros con la rifa de un avión sin avión, surge para él un premio gordo, la captura de Lozoya en España.

La coordinación entre ambos países ofrece la posibilidad de que el proceso de extradición se realice en un corto tiempo por la oportuna intervención del canciller Ebrard, quien de acuerdo con fuentes fidedignas, cuenta ya con la documentación requerida para lograrlo.

La captura de Emilio Lozoya implica por sus posibles declaraciones, señalamientos a Luis Videgaray y al mismo Peña Nieto, generando la expectativa de hasta dónde López Obrador llegará en este tema, todo apunta a romper el famoso pacto que se cree entre Peña y el mandatario para calmar los ánimos generados por la política errática de esta administración.

No cabe duda que en la política no hay amigos, el silencio de personajes como Osorio Chong y la desafortunada declaración de Alejandro Moreno para defender lo indefendible al señalar a Lozoya como no militante del PRI, revelan su agonía y desesperación, nada más equivocado que esto, Lozoya ensucia a su partido por donde lo quieran ver, en el más desafortunado momento en que lanzó su campaña #ÉchaleLaCulpaAlPRI.

Este hecho sin duda fortalece la popularidad del Presidente, que pareciera ser su única preocupación mientras el fuego de los problemas del país se aviva lentamente. Lo interesante es observar la facilidad que tiene esta administración para obtener cuantiosos recursos sin que nadie pueda transparentar de dónde proceden o la legalidad para asignarlos.

El fiscal se presenta en una mañanera portando un diminuto papel que le vale al Presidente 2 mil millones de pesos para regalarlos mediante una rifa hasta dentro de 8 meses. Un recurso logrado por la fiscalía por el quebranto al Infonavit de empresas constructoras, provocando abrir un hueco mayor en esta institución por la sospecha de que la cantidad otorgada al Presidente para cumplir su capricho es insignificante comparada al verdadero quebranto que podría exceder la cantidad de 15 mil millones de pesos. Sin embargo, por algo es el Presidente, él y sólo él puede rifar un avión, aunque el premio sea dinero del erario, él y sólo él puede, con tamales de chipilín, pasarles la charola a empresarios imponiéndoles boletos. Él y sólo él puede menospreciar el feminicidio por encima de su rifa sin que nadie se atreva a reprochar sus expresiones. Él y sólo él puede ponerles el pie en la garganta a los gobernadores para aceptar el Insabi con todas sus implicaciones y el mínimo recurso. Él y sólo él puede regalar el dinero que aporta la clase trabajadora para conservar a sus votantes. El dinero de decomisos no es dinero robado al pueblo, es la posibilidad del Estado de lavar dinero ilegal que bien podría servir para fortalecer las policías, a la GN y a las Fuerzas Armadas, porque en medio de la violencia no hay economía que pueda crecer ni mucho menos bienestar para los que más lo necesitan.

 

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