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El virus de la desigualdad

Martín Espinosa

Martín Espinosa

En el marco del Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, que en estos días se lleva a cabo de manera virtual, las 19 organizaciones no gubernamentales que conforman Oxfam, cuyo objetivo es trabajar para combatir la pobreza y el sufrimiento que ello provoca en el mundo, publicaron su informe global bajo el título El virus de la desigualdad. En él advierten que los contrastes que ha evidenciado la pandemia nos colocan hoy —como humanidad— en el camino del incremento de las desigualdades, principalmente la sanitaria, la económica y la educativa, para millones de personas, principalmente las niñas y los niños que conforman la nueva generación del siglo XXI.

Un dato dramático sólo para ilustrar la tragedia humanitaria en que nos encontramos: “Recuperar el nivel de riqueza previo a la pandemia les tomó nueve meses a las personas más ricas del mundo; para el resto de la humanidad, volver a las condiciones de antes de marzo del 2020 podría tardar más de diez años”.

El informe enfatiza que el covid-19 está aumentando la desigualdad económica prácticamente en todos los países al mismo tiempo. Además, explica cómo las diversas intersecciones y desigualdades, como el origen étnico, los contextos migratorios adversos, el acceso limitado a los servicios de salud, la discriminación por género, la orientación sexual, la identidad de género o, incluso, el hambre —sólo por mencionar algunas— han contribuido a que millones de personas enfermen y mueran.

Se estima que el 61% de la población activa mundial trabaja en empleos informales (venta ambulante, trabajo del hogar, reparto a domicilio o la construcción). Estas personas no tienen prestaciones justas ni acceso a servicios de salud y viven, día a día, en la primera línea de exposición al virus por su interacción constante con más gente. A esto hay que sumarle que son las mujeres o personas discriminadas por su origen racial las más afectadas. Según el informe de Oxfam, 112 millones de mujeres en el mundo corren un riesgo elevado de perder sus ingresos o el empleo.

Alejandra Haas, directora ejecutiva de Oxfam México, señala que “estamos viviendo una crisis de cuidados muy profunda que nos corresponsabiliza a toda la humanidad, pero que expone en mayor medida a quienes viven en peores condiciones de desigualdad. Hablo de las personas que no han tenido oportunidad de aislarse y protegerse o quienes no tienen acceso a servicios de salud y no han podido detectar ni tratar este virus ni otras enfermedades asociadas a la pobreza o quienes viven en hacinamiento o sin servicios básicos, como agua potable, y tienen que salir para poder sobrevivir.

“La pandemia ha evidenciado la urgente necesidad de cambiar la forma en que vivimos. Sólo la cooperación y la colaboración nos podrán rescatar de sus efectos. Si se utilizara la riqueza acumulada durante la pandemia de las 12 personas más ricas de México, se podría cubrir dos veces el gasto programado del IMSS para este 2021 en servicios de salud y alcanzaría para comprar las dosis suficientes para vacunar a toda la población”, concluyó.

Datos del informe consideran que, desde el inicio de la pandemia, la fortuna de las 10 personas más ricas del mundo ha aumentado en 500 mil millones de dólares. Esta cantidad sería suficiente para financiar una vacuna universal y garantizar que nadie caiga en pobreza a causa de la emergencia sanitaria. El resto de la humanidad enfrenta la peor crisis laboral en más de 90 años y cientos de millones de personas están subempleadas o sin trabajo.

Lo más interesante del estudio son las conclusiones y propuestas a las que ha llegado la organización mundial con sede en Oxford, RU, las cuales han sido planteadas a los líderes mundiales y miembros del Foro Económico de Davos: “La clave para lograr una rápida recuperación es construir una economía más humana y justa. Es necesario implementar sistemas de seguridad social y construir una economía verde que evite una mayor degradación del planeta y lo preserve para las futuras generaciones. Un impuesto temporal sobre las ganancias de las 32 multinacionales que mayor riqueza han acumulado desde que comenzó la pandemia permitiría recaudar 104 mil millones de dólares sólo en el 2020. Esta cantidad sería suficiente para financiar las prestaciones sociales de personas de los países de renta media y baja”. Sin duda, otra manera de ver la crisis.

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