Educar a las niñas del presente para formar a las mujeres del futuro

Por Corin Robertson

Ayer conmemoramos el Día Internacional de la Educación, en el que tengo presente la célebre frase de Nelson Mandela: “La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”. Mi padre fue profesor universitario y, mi madre, maestra de secundaria, así que, desde que tengo memoria, se me inculcó el papel que la educación tiene dentro de la paz y el desarrollo. Por desgracia, las oportunidades no son iguales para todas y todos.

Previo a la pandemia de covid-19, en países de bajos ingresos, nueve de cada diez niños y niñas no podían leer un texto simple a los diez años. El reto es mayor para las mujeres, quienes tienen alta probabilidad de no estar ni en la escuela o trabajo, pese a que un año escolar adicional incrementa sus ingresos hasta un 20%. Para las madres, la educación es base para la prosperidad, pues infantes con madres alfabetas tienen 50% más de probabilidades de vivir más allá de los cinco años y el doble de probabilidades de asistir a la escuela.

Estas estadísticas exhiben un riesgo real de tener una generación perdida de niñas sin educación, limitadas en su desarrollo. Por esto, fomentar la educación para niñas y mujeres, a través de la creación de lazos de confianza y el trabajo continuo con aliados estratégicos, es una meta del Reino Unido.

Empoderar a mujeres y niñas a través de la educación es una prioridad para el primer ministro y será un enfoque clave para la presidencia del G7 del Reino Unido en 2021. El nombramiento de Helen Grant como la nueva enviada especial para la educación de las niñas muestra nuestro compromiso para liderar esfuerzos internacionalmente, garantizar doce años de educación de calidad para todas y cumplir nuestro objetivo global de que 40 millones de niñas reciban educación para 2025.

Adicionalmente, con la organización conjunta de la cumbre de la Alianza Global para la Educación, con Kenia, en julio de 2021, reuniéremos a gobiernos, empresas y sociedad civil para canalizar la inversión y esfuerzos, para que niños y niñas de todo el mundo puedan aprender en un aula.

En México, nuestro compromiso es alto, pues buscamos influir directamente en el ingreso educativo e, indirectamente, en el entorno, las oportunidades, la aspiración y las competencias de niñas y mujeres para que alcancen la equidad que merecen, en todos los ámbitos. En esta línea, el British Council México es vital, vinculando sistemas educativos de calidad entre México y el Reino Unido, impulsando la participación de las mujeres en el ámbito científico, así como el interés de niñas y adolescentes por carreras en el área de STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemática).

Además, a través de nuestro programa de becas Chevening, cada año atraemos a estudiantes líderes en México para estudiar maestrías en universidades británicas. Como embajadora, me enorgullece saber que Reino Unido es el segundo destino global que las y los mexicanos eligen para estudiar una maestría (después de EU).

La educación, ciencia, tecnología e innovación frente a covid-19 han sido fundamentales para atender los desafíos en materia de salud y las repercusiones económicas de la pandemia. Gracias a la cooperación entre universidades, laboratorios y gobiernos, hoy tenemos una vacuna. Esperamos ver en el futuro a más mujeres maestras, doctoras y científicas aprovechar todo su potencial a favor del desarrollo de nuestros países.

Me impresiona y me conmueve el compromiso que existe para promover la educación de calidad y un desarrollo inclusivo, aun en un contexto tan complejo como el que enfrentamos actualmente. Tengo la certeza de que, gracias a nuestros esfuerzos conjuntos, más niños y niñas podrán desarrollar su potencial y habilidades, para crear un mundo más próspero para las futuras generaciones.

Como cada lunes, estoy al pendiente de sus comentarios
en mi cuenta de Twitter (@CorinRobertson)
y en el  correo london.eye@fcdo.gov.uk

*Embajadora del Reino Unido en México.