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El sexenio de las empresas fantasma

Leo Zuckermann

Leo Zuckermann

Juegos de poder

Otra vez apareció el fantasma de las empresas fantasma. Ha sido la marca del sexenio actual: Sigue el dinero sospechoso y te encontrarás con ellas. Esta semana, gracias a una investigación de Quinto Elemento Lab, nos enteramos de un dudoso depósito de Altos Hornos de México (AHMSA) a una empresa fantasma utilizada por Odebrecht —corporación brasileña especializada en sobornar funcionarios públicos de América Latina, el Caribe y África—, unos cuantos días después de que Pemex le comprara a AHMSA una planta inoperante. Al parecer estamos, de nuevo, frente a otro acto de corrupción del gobierno de Peña.

Vayamos, primero, a la historia. La resumo del reportaje Las millonarias transferencias de AHMSA a Odebrecht de Ignacio Rodríguez Reyna (https://www.quintoelab.org/las-transferencias-millonarias-de-altos-horno...).

AHMSA era dueño de Agro Nitrogenados, una “planta chatarra”de fertilizantes. Llevaba 14 años sin producir nada. En 2014, Pemex, dirigida por Emilio Lozoya, le compró esta empresa a AHMSA, quien se embolsó 275 millones de dólares. Según la Auditoría Superior de la Federación, Pemex desestimó un avalúo del Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales que valuaba a Agro Nitrogenados en 168 millones de dólares. Pemex, por tanto, pagó un sobreprecio de 95 millones de dólares por la planta. Y aquí viene lo bueno:

“Un mes después, AHMSA, propiedad del empresario Alonso Ancira, transfirió más de tres millones 700 mil dólares a las cuentas de Grangemouth Trading Company, firma offshore de la constructora Odebrecht, desde la cual también se distribuyeron decenas de millones de dólares para sobornar a la élite política de los países en los que la empresa brasileña tenía operaciones. De las cuentas de Grangemouth salieron también los cinco millones de dólares transferidos a Zecapan SA, la offshore en donde se depositaron los sobornos dirigidos a Emilio Lozoya Austin, exdirector de Pemex, según los testimonios ante la justicia brasileña de tres exaltos ejecutivos de Odebrecht. Grangemouth no existe en realidad. Sólo servía como intermediaria para realizar las transferencias de ‘pagos indebidos’, según confesó ante los fiscales brasileños Olívio Rodrigues, su creador”.

Grangemouth Trading Company es una empresa con todas las características de “fantasma”: No tiene oficinas ni empleados. Cuestionados por Rodríguez Reyna, AHMSA respondió que querían expandir su siderúrgica en Monclova, por lo que contrataron a Grangemouth para que los asesorara en “la búsqueda, selección, evaluación y cotización de los equipos y sistemas, determinación de proveedores en Europa y Asia, supervisión de la fabricación de la maquinaria, y establecimiento de la logística de provisionamiento”. Sin embargo, supuestamente cambiaron las condiciones del mercado y el proyecto fue cancelado. Vale la pena recordar que Grangemouth no tiene ni un solo empleado como para haber asesorado a AHMSA.

¿Será que AHMSA pagó un soborno a funcionarios de Pemex por la generosa compra de Agro Nitrogenados, vía la empresa fantasma Grangemouth, donde, en el pasado, también habían pasado dinero que presuntamente fue a parar a cuentas que proveyó Lozoya? ¿Qué pasó con esos millones de dólares que depositó AHMSA? ¿Alguien los retiró? ¿A dónde fueron a parar?

En el escándalo anterior de Odebrecht, que presuntamente habría sobornado a Lozoya, el abogado de éste, Javier Coello, aseguró que su cliente no había retirado ni un solo centavo de esos recursos que sí fueron depositados en las cuentas offshore.

Entonces, ¿quién lo hizo? Eso es lo que supuestamente estaba indagando la PGR hasta que, con la salida del procurador Cervantes, se detuvieron las investigaciones. Habría, ahora, que agregar estas nuevas revelaciones.

No creo que el gobierno actual de Peña las vaya a realizar porque, obviamente, no tiene incentivos para hacerlo. También dudo que la próxima administración de López Obrador lo haga, porque ya dijo el Presidente electo que la honestidad comienza a partir del primero de diciembre. En su campaña, prometió no perseguir judicialmente la corrupción del gobierno actual. Borrón y cuenta nueva. De esta forma, tendremos otro caso que tristemente quedará impune.

Por cierto, la compra de Agro Nitrogenados ha sido un pésimo negocio para Pemex. A los 275 millones de dólares que costó, le invirtieron 200 millones más para rehabilitarla. No alcanzó y tuvieron que meterle otros 285 millones extra llevando el costo total a 760 millones de dólares.

No importa: al fin y al cabo el contribuyente paga. Y, al parecer, algunos se llevaron un jugoso moche en esta transacción. Otra más del sexenio de las empresas fantasma.

                Twitter: @leozuckermann

 

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