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¿Bache o giro histórico?

Kimberly Armengol

Kimberly Armengol

Rompe-cabezas

¿El mundo está llegando a una encrucijada o está cruzando por un bache? Hasta hace algunos años, nadie discutía la importancia de la sociedad, de las instituciones democráticas y del libre comercio como las vías más eficaces para lograr el bienestar de la sociedad.

Los retos derivados de la migración, las promesas incumplidas de bienestar del libre comercio y la aparente inoperancia de la sociedad civil como un vehículo para terminar con las disparidades sociales han generado una regresión democrática que no se veía desde mediados del siglo pasado.

El punto de inflexión de los graves errores del pueblo bueno es, sin lugar a dudas, el Brexit. Una ocurrencia política manejada por la población que ha puesto a Gran Bretaña en una muy profunda crisis que, incluso, ha llevado a la caída de Theresa May y la posibilidad de que el próximo primer ministro sea un hombre profundamente nacionalista y dispuesto a una salida dura de la Unión Europea. Sus consecuencias, aun ahora, son muy difíciles de predecir.

Figuras como Xi Jinping, Kim Jong-un, Recep Tayyip Erdoğan no se ven tan diferentes a Vladimir Putin o a Donald Trump. Líderes autoritarios que pueden acomodarse, a mayor o menor grado, con instituciones democráticas o sólo usarlas dependiendo del grado de solidez institucional de cada país.

Estos dirigentes que desprecian a la sociedad civil, pero que tienen un especial carisma para encantarlos y convertirlos en seguidores, se están convirtiendo en una constante en sociedades consideradas como sólidas, respetuosas de la ley y el Estado de derecho.

Así se hace totalmente pertinente realizar el siguiente cuestionamiento: ¿el mundo está regresando a los tiempos de líderes dominantes, controladores, quienes usan herramientas del populismo, como pueden ser el nacionalismo o, incluso, el racismo para afianzarse en el poder o, simple y sencillamente, es una época, una suerte de purga?

Reconociendo que la mala distribución del ingreso ha generado un mal clima hacia el libre comercio y que en su cara más ominosa ha propiciado algunas de las más grandes oleadas de migración en la historia, es un hecho que voltear hacia esquemas del pasado no es la mejor alternativa para la humanidad.

POST SCRIPTUM

La forma en que Estados Unidos y China se han enfrascado en una batalla empresarial marca, fuera de cualquier duda, un nuevo estilo de comprender la geopolítica. Se trata de una manera poco sofisticada de utilizar las herramientas del comercio mundial como arietes en busca de la dominación.

Hoy, los países hegemónicos encontraron que sus principales armas están en impedir el acceso de los pueblos a los recursos. Estados Unidos ha abusado de una manera terrible de aquellas naciones, como Irán, porque los ve como una suerte de enemigo geopolítico a quien ataca sin pruebas, razones ni motivos.

Los ataques a empresas bandera chinas como Huawei muestran una gran determinación por empobrecer y minar al pueblo chino. Se trata de una forma vil y rastrera de buscar el genocidio de un pueblo, ahora por la vía del estrangulamiento económico.

 

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