Logo de Excélsior                                                        

El superhombre

Juan José Rodríguez Prats

Juan José Rodríguez Prats

Política de principios

¿Se quiere ser tirano, o seductor

o pastor, o animal de rebaño?

Nietzsche

 

¿Están conscientes el Presidente y los gobernadores de la gran amenaza que se cierne sobre sus hombros? Tendrían que estarlo como primera condición para intentar preservarse en el poder. Sin embargo, dudo que así sea.

Simone de Beauvoir solía decir que el camino al fracaso es el éxito. Ya lo he dicho antes, nadie le puede regatear el hercúleo esfuerzo de López Obrador durante dos décadas para llegar al pináculo del Estado mexicano. Paradójicamente, cada vez somos más quienes afirmamos que su desempeño no podría ser peor.

Después de obsesivamente querer explicarme la irracionalidad de sus decisiones, encuentro una sola respuesta: encarna al superhombre de Federico Nietzsche y eso de ninguna manera es un halago.

Estoy seguro que Andrés Manuel nunca intentó leer al controvertido pensador alemán, pero no hay duda de que la voluntad de poder y el instinto para obtenerlo,han sido la descomunal fuerza interior que lo impulsa a cumplir su rigurosa agenda. Crea su propia realidad. No es cierto que tenga principios y convicciones como suele presumir, es puro y primitivo instinto. Le sirvió para obtener poder, pero no para ejercerlo.

Desde una de sus primeras decisiones (la cancelación del aeropuerto de Texcoco), se percibió claramente por qué lo hacía: no para combatir la corrupción, ni mucho menos por las inadecuadas condiciones del terreno. El mensaje era y es claro: aquí mando yo.

El superhombre de Nietzsche sostiene que la moral y la ley son las que él dicta, nadie puede contradecirlo. Los conservadores somos hipócritas y farsantes, además corruptos y culpables de todos los males de México. Por lo tanto, debemos ser sometidos para que nunca podamos retornar al poder. Además de autoritario, es un pugilista contumaz; tiene que pelearse y vencer a todo el que se oponga a sus designios.

Los empresarios son, según López Obrador, explotadores del pueblo. Hay que humillarlos y hacerles sentir el mando. La cena del pasado 12 de febrero fue, para él, enorme regocijo. Haber estado ahí la directora del SAT y presenciar cómo los señores del dinero firmaban sus “voluntarias” aportaciones fue un rotundo éxito en su vida, tan sufrida por tantas privaciones y sacrificios.

Dos de sus más abyectos compinches, Miguel Ángel Barbosa, quien afirma que el coronavirus sólo afecta a los ricos, y Víctor Toledo Manzur, señalando a los empresarios como peores que el COVID-19, además de la reciente cancelación de la empresa cervecera en Baja California, han retornado a México, en momentos tan críticos como los actuales, a la lucha de clases y al ambiente de desavenencias.

Da para mucho el análisis de la compleja personalidad de mi paisano. Seguiré ocupándome del tema. Retomo el momento que vivimos.

Hasta donde hay cifras, ningún presidente ha tenido dos años seguidos con decrecimiento económico. Ciertamente, en 1929 (gobernaba Emilio Portes Gil) cayó 3.6 y en 1930, 6.6 (con Pascual Ortiz Rubio). También hubo dos años seguidos: en 1982, último de López Portillo, -0.7 y en 1983, primero de Miguel de la Madrid, -4.3. En el actual sexenio, por decisiones equivocadas de este gobierno, en 2019 hubo un decrecimiento de 0.1 por ciento. Es un hecho que este año habrá un decrecimiento quizás similar a los de 1995 (-6.8) y de 2009 (6.9). Se estima una pérdida de más de millón y medio de empleos. En cuanto a salud, es incierta la duración de la emergencia y el Estado manifiesta una gran incompetencia para enfrentarla.

Hay una diferencia. Nietzsche señala que el superhombre debe hacerse un cuestionamiento permanente: ¿se quiere estar contento de sí mismo o exigirse implacablemente a sí mismo? Andrés Manuel jamás se hace un cuestionamiento similar. Nunca corrige ni acepta haberse equivocado, ello sería signo de debilidad. Se rodea de seres pequeños que lo hacen sentir superior. Así estamos.

 

Comparte en Redes Sociales

Más de Juan José Rodríguez Prats