Juan Carlos Veraza

Juan Carlos Veraza
El deporte por nota

Negocio viciado

20 de Agosto de 2018

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Siempre es difícil enfrentar la realidad, el darse cuenta que las cosas no son como uno pensaba o quisiera que fueran; eso es exactamente lo que sucede con nuestro futbol, que a pesar de los mejores deseos y expectativas está muy lejos de ser uno de primer nivel. Las condiciones no están dadas para que el futbol mexicano pueda dejar de ser uno de segunda categoría, esa es la verdad, aunque duela no se puede eludir.

Hoy se habla mucho de quién será el próximo seleccionador, algo importante por supuesto, pero que pierde relevancia cuando nos damos cuenta que esa persona no tendrá las herramientas necesarias para acercarnos a la élite mundial.

Aquí se piensa únicamente a corto plazo, por eso no existen torneos largos, y se llenan los planteles de extranjeros que generan un jugoso negocio inmediato, pero que no fortalecen a la estructura del deporte más popular del país. Esa forma de pensar no ha permitido el desarrollo adecuado de futbolistas nacionales, que siempre serán la base para poder dar el salto de calidad, sin materia prima es imposible convertirte en potencia.

Sé que muchos hablan de que por ejemplo España llegó a dominar el concierto internacional a pesar de tener una liga repleta de jugadores no nacidos en el país, pero se olvidan que la estructura allá es muy sólida, se producen una enorme cantidad de futbolistas jóvenes que le dan fuerza a las selecciones menores y que después nutren a selección mayor; y si esos jóvenes no encuentran espacios en la liga local siempre tendrán más oportunidades que un mexicano para jugar, el ser parte de la Unión Europea le abre las puertas a los nacidos en España para desarrollarse en otro país. Aquí no existe esa importante posibilidad para los jugadores, o encuentran minutos en la Liga MX o difícilmente tendrán una larga carrera como profesionales.

De ahí la relevancia de que los equipos les abran más espacios a los jóvenes mexicanos, mismos que hoy son ocupados por los extranjeros que, obvio, son importantes para un mejor espectáculo, pero no son esenciales, por lo menos no en las cantidades ridículas que tenemos en México, se necesita un sano balance que hoy no es posible. Además, pocos clubes se han dado cuenta del rico negocio que hay detrás de producir su propio talento para después venderlo, no hay ni la paciencia necesaria ni, por lo visto, las ganas de terminar el viciado sistema que ha perdurado por tanto tiempo, ese de ganar dinero con los promotores que traen a tanto extranjero.

Si el futbol quiere realmente competir con las potencias, necesita de muchos jugadores talentosos y no de unos cuantos, depender de los mismos de siempre no ha permitido mejorar; es obligatorio generarles competencia real y así darle al técnico nacional una baraja más amplia de la cual poder elegir.

Por ello, de poco importará quién será el sucesor de Juan Carlos Osorio, mientras las viciadas prácticas de llevar el negocio sigan vigentes, seguramente los mismos resultados seguirán acompañando al Tricolor.

 

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