Juan Carlos Veraza

Juan Carlos Veraza
El deporte por nota

Aires de cambio

16 de Septiembre de 2020

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El tenis varonil lleva años de ser dominado por los mismos jugadores: Roger Federer, Rafa Nadal y Novak Djokovic, quienes le han dado pocas oportunidades a otros tenistas de pelear por los títulos más importantes. Unos cuantos se han podido cruzar en el camino de estas leyendas vivientes del deporte: el más importante de esos aspirantes es Andy Murray, aunque se quedó lejos de alcanzar a sus grandes rivales, al menos, además de haber ganado tres Grand Slams y un par de me­dallas de oro en Juegos Olímpicos, es el único que en todo este tiempo les ha arrebatado el número uno del ranking mundial.

Llevamos años esperando que la nueva generación asuma un pro­tagonismo en la ATP, pero se ha vivido una época extraña, en la que los veteranos no han soltado el control del circuito. Nuevas generacio­nes han surgido, jugadores que brillaron a nivel de juniors, pero que no le han arrebatado las posiciones de privilegio en la clasificación a sus experimentados colegas. Aunque es cierto que poco a poco, algu­nos de esos jóvenes han ido recortando la distancia: en parte porque el tiempo no perdona y Federer, Nadal y Nole se van haciendo vie­jos, y también porque los aspirantes van madurando y mejorando su juego.

La transición ha sido difícil para los que sueñan con asumir el protagonismo de su deporte, ningún jugador nacido en los 90 había ganado un Grand Slam antes de que iniciara el US Open hace dos semanas. El que más se había acercado era Dominic Thiem, el aus­triaco no sólo perdió la final del Abierto de Australia en enero, sino también había caído derrotado ante Nadal en un par de finales de Roland Garros. El tenista de más experiencia de los máximos refe­rentes de la nueva generación, llegó a Nueva York listo para el reto, y también sabedor de la oportunidad frente a él, ni Roger ni Rafa serían parte del cuadro principal.

El nacido en Wiener Neustadt rompió con el maleficio de las nue­vas generaciones, mostrando durante los 14 días de competencia en Flushing Meadows el crecimiento que ha tenido bajo la tutela del chileno Nicolás Massú, convirtiéndose en doble finalista de majors en 2020, tras una brillante y dominante victoria en la semifinal ante el subcampeón del año pasado Daniil Medvedev. Pero en la final de Queens el resultado fue distinto al de Melbourne, aquel día en Austra­lia cayó en cinco sets ante Djokovic, ahora el triunfo en cinco parcia­les fue para él, con una histórica remontada ante Alexander Zverev.

Este triunfo podría ser el inicio de una nueva era. El momento en que los aspirantes se conviertan en protagonistas principales; ya se dieron cuenta de que es posible.

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