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La media barbarie

Juan Carlos Talavera

Juan Carlos Talavera

Vórtice

Imaginé que estaríamos totalmente desconfinados para septiembre, pero no será así. Cuando la pandemia se instaló en México, creímos que sería algo pasajero y que la actividad ordinaria volvería en pocos meses. Pero el covid-19 no se fue y la carrera por la vacuna sólo es una esperanza que se robará el resto del año.

Mientras tanto, seguiremos en esta suerte de media barbarie, llena de protocolos y prohibiciones. Lo que más preocupa son los niños, quienes siguen las clases virtuales o televisadas, alejados del contacto directo con sus compañeros, mientras cuestionan por qué tomar clases de educación física para seguir un tutorial de saltos y movimientos o cómo sortear matemáticas a distancia.

Tampoco imagino el trauma de los profesores que deben idear, supervisar y evaluar los ejercicios a distancia o en tiempo real. Así, en el reino de WhatsApp, Zoom y Facetime, los niños reciben una dosis de futuro sin instrucciones ni palomitas, donde adquieren nuevas formas de reñir y todo lo dirimen mediante bloqueos y expulsiones del chat.

Es temprano para decirlo, pero una gran parte de esta generación de ciberniños vive entre la depresión y la intolerancia, logrando algo casi invisible: la democratización del bullying. Muchos otros compensan las pérdidas y se entregan a los videojuegos, con la esperanza de borrar un año de golpes, competencias y recompensas en un mundo inexistente. Sin embargo, la vitalidad de esos instrumentos sólo alimentará las filas del desempleo y el trabajo en las maquilas.

En este contexto, ¿qué hacen las autoridades culturales de México?, ¿les interesa la infancia?, ¿se preocupan por llegar a ella?

La oportunidad más esperada para demostrar ese entusiasmo por los niños era la 40 Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil (FILIJ). Sin embargo, hace un par de días Paco Ignacio Taibo II, director del Fondo de Cultura Económica (FCE), anunció su cancelación. Aún no queda claro si se realizará alguna FILIJ virtual o algo similar, pero si no sucediera, se perdería uno de los engranajes más valiosos para la lectura: la formación de primeros lectores.

Recuerdo que la 39 FILIJ fue atropellada y su resultado no tuvo éxito, pero escritores y promotores pidieron esperar a 2020. Ojalá que la Secretaría de Cultura federal y el FCE hayan ideado una FILIJ alterna, pues tuvieron tiempo libre para explorar posibilidades. Se entiende que una feria presencial para niños y jóvenes sería imposible en noviembre, pero ya debería existir un plan en formato digital que no los abandone a esa media barbarie sin libros, cuentacuentos, talleres y charlas para librar la monotonía del televisor y los dispositivos digitales.

Hace un año, María
Angelina Barona
, titular de la casi extinta DGP, dijo que invertiría cerca de 17 mdp para la 39 FILIJ. Me gustaría saber cuánto invertirán este año. También quisiera saber si habrá FIL del Zócalo y Gran Remate de Libros, pues hasta el momento no se ha pronunciado María Guadalupe Lozada León, encargada del despacho de la SC local. Ojalá que nos cuente si ya hay propuestas o si nos esperamos a noviembre.

 

APUNTE EFÍMERO

Ayer se anunció el esperado Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2020, que este año se entregará a la escritora portuguesa Lídia Jorge. Al respecto, nos dice Mercedes Monmany que su producción “no es una literatura fácil ni complaciente, con las evasiones, ensoñaciones y vaciedades habituales que muchos lectores buscan en productos de rápida y no demasiado exigente digestión. Lídia Jorge es de las autoras que ponen a los lectores a trabajar y a la vez los convierten inmediatamente en cómplices de sus brillantes creaciones. En Lídia Jorge su amor por la literatura y la lectura tiene algo de heroico, de legendario”.

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