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Comunidad rota

Juan Carlos Talavera

Juan Carlos Talavera

Vórtice

La comunidad cultural de México está rota. Hace casi un año surgió el movimiento NoVivimosDelAplauso, integrado por artistas, creadores escénicos, colectivos, y promotores que sacudieron la estructura de las secretarías de Cultura federal y de la Ciudad de México.

Dicho grupo se robusteció en los últimos meses, pero, a diferencia de los primeros días, ya no es visible su estructura ni los personajes que lo empujan. Incluso, es evidente su exceso de confianza y su falta imaginación para ir más allá de las mesas de trabajo. No niego que es un colectivo interesante, pero a simple vista ya muestra huellas de un desgaste natural y, por tanto, necesita acelerar un ejercicio de introspección y autocrítica.

Ese conglomerado saltó a los medios el 23 de diciembre de 2019 y sirvió para revelar el atraso de los pagos a artistas desde el Sistema de Teatros de la CDMX, Pilares, Faros, Grandes Festivales, Semilleros, Jolgorios, Alas y Raíces, el Festival Internacional Cervantino (FIC) y el Programa Nacional de Teatro Escolar, entre otros.

Entonces se supo que ambas dependencias los contrataron bajo el temido esquema del outsourcing, a través de Viajes Premier y Zu Media. Nadie olvida el rostro molesto de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, quien afirmó que no tenía noticia de esos adeudos y, en medio de la crisis, llamó al entonces secretario de Cultura de la CDMX, Alfonso Suárez del Real, quien ofreció disculpas: “Se me cae la cara de vergüenza y les ofrezco, personal e institucionalmente, una disculpa”.

Otra comisión se reunió con Omar Monroy, titular de la Unidad de Administración y Finanzas de la SC federal, y llevó al banquillo a la encargada de cultura federal, Alejandra Frausto, en el Palacio de Bellas Artes, desde donde se disculpó, por primera vez, el 4 de febrero pasado: “Mi sincera y absoluta disculpa por el tiempo que tardaron los pagos en este año. Mi sincera disculpa por el malestar de esperar un pago cuando ya has hecho un trabajo y que haya tardado tanto tiempo”, dijo.

Luego vino la pandemia y tanto funcionarios como colectivos se enfrascaron en un laberinto de reuniones y acuerdos firmados en torno a la contingencia. De forma azarosa, el pasado 2 de diciembre, la SC reveló la existencia del chat Desactivación Colectivos, lo que propició que Frausto se disculpara nuevamente. Sólo que esta vez lo hizo en privado, en una sesión de Zoom, mientras nombraba a sus nuevos interlocutores.

Aquel grupo, integrado por 11 colectivos y agrupado bajo el título de Intercolectivos, desconoció a Frausto, pero ante un momento de crisis como el actual, careció de creatividad para concretar algo más que acuerdos en papel.

Nadie duda de sus victorias –como la recuperación de pagos de 2019, las mejores en Alas y Raíces o su oposición al proyecto Chapultepec–, pero también es cierto que han reaccionado lento y que dependen de la respuesta institucional. Además, no muestran con claridad cómo están estructurados ni quiénes son las voces que mueven su engranaje.

Y en ese debate interno han desaprovechado su capital político, olvidaron la auditoría que se realizaría a Viajes Premier y Zu Media, no lograron ser una tendencia en el sector ni imponer una agenda propia que impulsara cambios en el gabinete de Cultura o en el presupuesto 2021. Incluso, podría decir que, en las horas más oscuras de la gestión de Frausto, se quedaron tibios y más interesados en recordar su primer aniversario que en volcarse al tema de fondo.

Eso ya lo identificaron las autoridades y por eso ayer se reunieron con otro grupo de artistas que “sí quiere dialogar con Frausto” y califica a los Intercolectivos como “el FRENAA de la cultura”.

La comunidad cultural está rota. Divide y vencerás.

 

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