Logo de Excélsior                                                        

Cuál es el límite de la vida privada de los artistas

Juan Carlos Cuéllar

Juan Carlos Cuéllar

La actriz Livia Brito ha estado en el ojo del huracán en los últimos días, luego de las acusaciones del fotógrafo Ernesto Zepeda de haber sido agredido y robado por ella y por su pareja en una de las playas de Cancún.

Mucho se ha hablado, se han mostrado pruebas y videos de los hechos, a pesar de que ella, en un principio, dijo que eran inventos, porque ni siquiera estaba en Cancún, lo que, sin lugar a dudas, es una total mentira. ¿Se le olvida que ella necesita de los medios para que se conozca su trabajo?

Pero yo me quiero cuestionar, y quisiera que usted me diera su opinión, ¿hasta dónde llega la vida privada de los artistas?, ¿se les olvida que son figuras públicas?, ¿la popularidad que adquieren les da derecho a desubicarse y tratar mal a un paparazzo que está haciendo su trabajo?

Me he preguntado en otras ocasiones si no es que los mismos artistas primero abren las puertas de su vida privada para alcanzar popularidad y luego ya no saben cómo cerrarla.  Y eso sin contar que, muchas veces, ellos mismos son los que comparten sus cosas personales, claro, cuando quieren que los medios publiciten lo que les interesa.

No hay que olvidar que en algunos casos hasta venden al mejor postor sus eventos privados: bodas, lunas de miel, vacaciones, bautizos, cumpleaños, etcétera. Y luego imploran donde pueden que los programas de TV, revistas, periódicos y portales no los respetan y se meten a su intimidad. Claro, esto lo dicen cuando se publicita algo que no han vendido o que no les interesa que se sepa.

 Por esto mi cuestionamiento inicial, ¿hasta dónde llega la vida privada de los artistas? Le puedo hacer una larga lista de figuras que nunca dan de qué hablar, que mantienen su vida sólo para ellos, pero también una larguísima lista de nombres que han vendido sus eventos y que hablan constantemente de su familia, sus relaciones, demandas y rompimientos. Incluso ellos mismos mandan a los medios sus demandas, fotos comprometedoras, audios y conversaciones de sus teléfonos. ¿No es incongruente? Además, ahora con las redes sociales suben constantemente videos con sus hijos, en sus casas y con sus parejas en turno. También existe quien ha abierto cuentas a sus propios hijos para compartir todo lo que los pequeños hacen. Pero eso les reditúa en likes y la posibilidad de recibir algún pago.

Por eso es inconcebible que haya agresiones para alguien que sólo está haciendo su trabajo en un lugar público de una figura pública. ¿Qué opinará la realeza de esto?

Dame tu punto de vista. Ya sabes que podemos seguir la conversación en Instagram y Twitter: @Jc_Cuellar

Comparte en Redes Sociales