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Tribunal Constitucional para apagar a la Corte

Jorge Fernández Menéndez

Jorge Fernández Menéndez

Razones

En el listado de enemigos de López Obrador, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ocupa un lugar destacado. En innumerables ocasiones el candidato de Morena se ha referido en términos despectivos de la principal institución de justicia del país. Esta semana volvió a pegarle tanto al Tribunal Electoral como a la Suprema Corte, agregando que acabará con los sueldos de 650 mil pesos mensuales de los ministros, lo que primero no es real, no ganan eso, y segundo, si lo fuera, no lo podría hacer porque se olvida que no será, si gana las elecciones, un emperador, aunque quiera vivir en un Palacio en lugar de en Los Pinos, sino un Presidente que encabeza uno de los tres Poderes de la Unión y no puede intervenir ni en el Legislativo ni en el Judicial.

También ha dicho que cambiará a la Suprema Corte en un máximo de tres años. Muchos suponen que será por el cambio natural de ministros que se tendrá que dar en ese periodo, pero en realidad López Obrador trae otro plan para el Poder Judicial y para poder neutralizar a una Suprema Corte a la que considera enemiga desde los días del desafuero y a la que ve como un obstáculo para sus planes de gobierno.

Un equipo de Morena a través del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, encabezado por Diego Valadés, un hombre muy cercano sobre todo a Marcelo Ebrard, ha comenzado a estudiar cómo cambiar a la Suprema Corte de Justicia o cómo minimizar su papel. Para eso, lo que plantean es crear un Tribunal Constitucional que esté, en los hechos, por encima de la Corte y donde, como su nombre lo dice, se diriman todos los temas constitucionales.

Lo que se busca es un diseño similar al español. El Tribunal Constitucional, en ese país, es el órgano que ejerce la función de supremo intérprete de la Constitución (ese papel lo ejerce hoy en México la Corte). El Tribunal Constitucional es independiente en su función de intérprete supremo de la Constitución y está sometido sólo a la Constitución y a la ley que ordenó su integración. Además, es único en su nivel y extiende su jurisdicción a todo el territorio del país. El Tribunal Constitucional en España se compone de 12 miembros, cuatro son nombrados a propuesta de los diputados, cuatro del senado, dos del gobierno y dos del Poder Judicial. No sería difícil para el próximo gobierno tener una mayoría en el TC si se mantuviera el mismo esquema de distribución de posiciones.

El Tribunal Constitucional tiene la última palabra en la interpretación de los preceptos constitucionales “señalando la extensión y límites de los valores superiores como la libertad, igualdad, justicia y pluralismo político”. Aunque en ocasiones pudiera parecer que el Tribunal Constitucional es de mayor rango que el Tribunal Supremo (el equivalente a nuestra Suprema Corte), en la letra no es así. Lo que sucede es que la relación no es jerárquica, sino competencial. Por eso, en la práctica, sí se puede considerar que existe subordinación del Tribunal Supremo (la Corte) al Constitucional porque este último puede anular las resoluciones del primero, cosa que no puede suceder al revés.

En este esquema y si se crea el Tribunal Constitucional, como pretendería el candidato de Morena, la Suprema Corte seguiría siendo la cabeza del Poder Judicial. Sin embargo, el Tribunal Constitucional sería una institución que se encontraría fuera de esa instancia y tendría un espacio propio, con un reconocimiento diferenciado en la Constitución. Su obligación sería velar por el cumplimiento de la Constitución y, para ello, tendría potestad para declarar nulas leyes que considere inconstitucionales y para defender al ciudadano de violaciones de sus derechos fundamentales (los llamados recursos de amparo). En los hechos el Tribunal tendría autonomía y capacidad para enmendar la plana a la Corte e incluso al Legislativo.

Ésa es la estrategia que se está analizando con Diego Valadés en Morena. Para ello, necesitan ganar la elección por un margen amplio para tener una mayoría legislativa que les permita hacer avanzar este proyecto. No van a desaparecer la Suprema Corte, simplemente la quieren minimizar y colocar una instancia por encima de ella que le quite sus principales y más importantes atribuciones.

“SÍ LLEGUÉ”

Luego de despotricar contra el aeropuerto, de hacer el ridículo en la reunión de la cámara mexico-americana de comercio con el tema de la venta del avión presidencial con su “no llegué”, resulta que ahora López Obrador reconoce que se mueve, él también, en vuelos privados. Así llegó a San Luis Río Colorado para ir a un evento en Nogales. Lo reconoció después de que se divulgaron imágenes de su llegada. Cae más rápido un hablador que un cojo.

EL FIN DE LOS CASTRO

Cincuenta y nueve años después, los hermanos Castro dejarán hoy el poder en Cuba. La que nació como una de las revoluciones más esperanzadoras de América Latina y del mundo, terminó como una dictadura familiar, una de las más longevas de la historia. Se van los Castro, pero sigue la dictadura, sigue un castrismo sin los Castro que quién sabe cuánto podrá aún durar.

 

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