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Nos odiamos tanto

Jorge Camargo

Jorge Camargo

Y de pronto, terminamos odiándonos tanto, escupiéndonos a la cara, dejando de reconocernos en las tragedias que nos hicieron uno como sociedad, que nos llevaron a levantar el puño del silencio, de marchar por los normalistas asesinados, por las mujeres violentadas y asesinadas. Los mexicanos, nos quitábamos la camisa, el pan, para dárselo al otro.

Desde el terremoto del 85 nos dimos cuenta de nuestra fuerza como colectivo, pasamos por encima del gobierno omiso porque nos importaban nuestros muertos y heridos; lloramos por los desaparecidos y nuestras madres salieron a buscar a sus hijos y un día fuimos tan conscientemente poderosos que terminamos con un régimen antidemocrático y corrupto. Entendimos que la democracia llegó porque todos lo quisimos, no porque alguien viniera a concedérnosla o nos lo permitiera.

Regresamos al PRI porque no creamos cultura democrática; creímos que el cambio de partido era suficiente y dejamos de exigir el fin de la corrupción, que de alguna manera normalizamos como parte de la cotidianidad. Entonces, lo grotesco fue el motor y dimos un manotazo en el tablero, enviando al suelo todas las fichas.

Hoy no recordamos con claridad a qué lugar pertenece cada cosa, sólo sabemos que odiamos; que es correcto odiar, pero no sabemos siquiera si ese sentimiento es nuestro o infundido. El odio proviene del miedo y la reacción más cercana es la violencia. Si odiamos, estamos a un instante de agredir.

La incitación al odio ha provocado las más grandes tragedias de la humanidad. No dejemos que esa voz persistente que nos convoca a odiarnos como mexicanos, haga que olvidemos que nuestros destinos dependen sólo de nosotros y que hemos sabido decir basta.

Esas voces suelen siempre invocar preceptos religiosos, lo que los hace más sugestivos, pero justo aquél que hoy es objeto de manipulación le advirtió a toda una generación: “… y conociendo sus pensamientos les dijo: todo reino dividido contra sí mismo es desolado y toda ciudad o casa dividida contra sí misma no se mantendrá en pie”.

México vive tiempos complejos que necesitan mayor institucionalidad y diálogo sin adjetivos. Prudencia, sí. Pero también resistencia legítima siempre dentro del marco constitucional.

No estar de acuerdo con la forma como un partido gobierna es consustancial a la democracia, por eso existen las oposiciones y las elecciones, además de los poderes del contrapeso.

El Presidente dice ser el más criticado de la historia reciente. Me parece natural si su exposición mediática y política es alta dado que todos los días da una conferencia que, desde el punto de vista de percepción pública —no del círculo rojo—, dejó de tener efectividad: no alcanzó para juntar las firmas de una consulta inconstitucional y tampoco para una rifa.

Morena difícilmente llegará unificado a las elecciones de 2021 debido a que su aglutinador es hoy el Presidente de la República y ya no suma, sino resta debido al desgaste de gobernar.

Uno de los grandes pesos que Morena deberá arrastrar es el desprecio y omisión del Presidente ante los altos índices de feminicidios y violencia contra las mujeres, quienes, sin duda, marcarán el rumbo de los comicios.

La pasada manifestación del Día Internacional de la Mujer y en contra de la inacción del gobierno lopezobradorista ha sido la más nutrida en la historia de México y el movimiento “Un Día Sin Mujeres”, no tuvo precedentes. La reacción oficial fue la descalificación y ningún cambio  en la política de seguridad.

El otro peso es la imposibilidad de frenar la corrupción, que rebasa el discurso que llevó a Morena a la presidencia. El escándalo en el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, denunciado por el extitular, y nada improvisado, Jaime Cárdenas, es un caso que se suma.

No se olvide el uso político de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), más cuando el propio Presidente dijo el 9 de enero pasado que Santiago Nieto, su titular, no hace nada sin consultarlo.

Apenas ocurrido el diferendo por la toma de una presa en Chihuahua, la UIF congeló las cuentas de un exgobernador participante; apenas anunció el regreso a la vida política el excandidato del PAN, Ricardo Anaya, informó que existe una investigación en curso. Pero la unidad no ha sido pronta en congelar las cuentas de Pío López Obrador, el hermano incómodo.

Como era sabido, ya hay proyecto en la Corte que declara inconstitucional la consulta para investigar a expresidentes. Empezaron las descalificaciones. En ese clima del lopezobradorismo, no puede pretenderse reformar al Poder Judicial Federal. No hay condiciones democráticas; hacerlo es ponerlo en riesgo.

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