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Costa Rica y el cuidado del medio ambiente: ver para aprender

Jesús Sesma Suárez

Jesús Sesma Suárez

 

Costa Rica es un país bien conocido por su riqueza en recursos naturales y biodiversidad y, en ese mismo contexto, también por ser el gran líder en materia de acciones en pro del medio ambiente.

El país centroamericano ha destacado en normas y políticas nacionales ambientalistas y hace honor a su constitución al velar por el derecho a un ambiente saludable para sus ciudadanos. Energéticamente sustentable en su mayoría, Costa Rica produce casi toda su electricidad mediante fuentes renovables y tiene planes para convertirse en el primer país descarbonizado del mundo.

Los esfuerzos por proteger a los seres vivos no humanos allá son numerosos: por ahí de 2012, el Congreso costarricense aprobó una forma a la Ley de Conservación de Vida Silvestre por la cual quedó prohibida la caza deportiva de animales en todo el territorio. Quedó prohibida, además, la posesión de animales silvestres como mascotas y se estableció el Registro Nacional de Vida Silvestre para que los zoológicos y reservas, públicos y privados, dejaran claro cuántos y qué tipo de ejemplares de vida animal tienen en su poder, así como el plan de manejo que emplean.

Pero Costa Rica siguió yendo más allá y, en 2014, inició el proceso de cierre de zoológicos, el cual aún se encuentra en curso. Este plan, que se ha desarrollado de manera paulatina, incluye la reubicación de especies en sus respectivos hábitats y la transformación de los zoológicos, ahora ya con jaulas vacías, en jardines botánicos.

En contraste, en México los zoológicos no cuentan con certificaciones de bienestar animal, muchos de ellos ni siquiera pueden comprobar la procedencia legal de los animales que se encuentran bajo su posesión, no hay planes de manejo transparentes y mucho menos correctamente aplicados. Las personas que no quiere decir adiós a los zoológicos en nuestro país, en realidad responden a intereses personales o de grupo y anteponen la ganancia económica y el entretenimiento humano de una manera tan superficial, que se llevan entre los pies la vida de muchos seres vivos no humanos y para muestra de ello un botón: ya he hablado en otras columnas de la gran cantidad de ejemplares de vida animal que han muerto tan sólo en zoológicos de la Ciudad de México.

En cambio, la nación costarricense es tan sensible al maltrato animal, que lanzó una campaña para eliminar las selfies con animales silvestres, apelando a que el contacto directo de los animales con las personas puede generarles estrés y sufrimiento, por lo que es necesario mantener una distancia prudente y observarlos respetando su comportamiento natural en sus respectivos hábitats. Sobra decir que fue el primer país en lanzar una campaña de ese tipo.

La lista es muy larga. El país centroamericano cuenta con una amplia trayectoria de acciones que destacan su compromiso no sólo con el cuidado de sus recursos naturales y protección de la flora y la fauna, sino también con el combate a todo daño al medio ambiente. Su meta más reciente es convertirse en el primer país del mundo libre de plástico y de carbono y, aun cuando el reto es muy ambicioso, no deja de ser una nación en la que aún se emplea el uso de combustibles fósiles y en la que va en aumento el uso de automóviles, pero ha dejado claro que, con compromiso y voluntad, toda meta es posible.

Quizás nuestro país y sus entidades federativas, en especial aquellas que comparten características con Costa Rica, deberían analizar más lo que se ha hecho en esa nación. Estoy seguro de que encontrarían esquemas y proyectos aplicables en México: ver para aprender.

 

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