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Porfirio ganó el debate: ¿perderá en la Corte?

Ivonne Melgar

Ivonne Melgar

Retrovisor

Durante las 10 horas del debate en el pleno de la Cámara de Diputados sobre la Ley Orgánica del Poder Judicial, nadie se atrevió a calificar de constitucional el artículo 13 transitorio que amplía el mandato del ministro presidente Arturo Zaldívar, de cuatro a seis años.

Nadie asumió la hazaña de construir una realidad jurídica alterna, aun cuando días atrás se hizo el intento. Y así lo recordó el diputado Antonio Ortega Martínez (PRD), la noche del jueves, al iniciar la discusión, citando la entrevista del coordinador de Morena, Ignacio Mier Velazco, con Ciro Gómez Leyva, en la que había defendido la legalidad de la modificación.

Pero a la hora de la verdad, nadie se aventó la maroma de hacerlo tribuna.

Antes, sin embargo, en la apresurada aprobación matutina del dictamen en la Comisión de Justicia, hubo desplantes retóricos: “Sí vamos a sentar un precedente, por supuesto que sí. Pero va a ser para bien de la Constitución y de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a la que le hicimos una reforma judicial como anillo al dedo, un traje a la medida y para bien de nuestro querido México”, expuso Rubén Cayetano García (Morena).

Adelantando el triunfo de la mayoría mecánica, la diputada Ángeles Huerta (Morena) se burló de la oposición: “Esta ley se va a aprobar el día de hoy y el ministro Zaldívar permanecerá para garantizar que, efectivamente, esta reforma será adecuadamente implementada. Y de esto nos vamos a encargar, le pese a quien le pese”.

Hacia la madrugada de este viernes, tampoco los aliados de Morena se lanzaron a las maromas de la interpretación de la ley. Gerardo Fernández Noroña lo dijo claro: “El PT se mantiene firme de lado de nuestro gobierno, es una decisión política que entendemos y asumimos el costo de toda su campaña, de denuesto, una más”.

El PVEM, en voz de Zulma Espinosa, justificó la ampliación del ministro Zaldívar en la presidencia de la SCJN y de la Judicatura porque desplegar la reforma, dijo, exige talento y dedicación.

A la oposición del PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano se sumó el PES con el argumento de la inadmisible inconstitucionalidad del controvertido transitorio 13.

Y cuando todo apuntaba a un capítulo más de criticamos como nunca y perdimos como siempre, llegó el decano de los diputados, Porfirio Muñoz Ledo, el tribuno de la transición mexicana que rompió el confinamiento de más de un año para reclamar a sus compañeros que actuaran como manada, rebaño y cardumen:

“Me opongo con toda la fuerza y convicción de mi ser, con todo el esfuerzo memorioso que hemos hecho desde 1988 —para instaurar en el país un orden democrático y no una república autoritaria—, a este insensato proyecto de violar la Constitución Política del país”.

Una docena de preguntas convirtió su participación de cinco minutos en una cátedra de hora y media sobre los riesgos de la Ley Zaldívar. “París bien vale una misa”, justificó la presidenta de la Cámara, Dulce María Sauri Riancho.

“Estamos llegando a lo que algunos actores llaman bifurcación de la historia. Este es un momento de no retorno: o nos vamos de un lado o nos vamos del otro, o nos vamos hacia la democracia o nos vamos al autoritarismo”, respondió Muñoz Ledo a la interrogante de Enrique Ochoa (PRI) sobre las implicaciones que ha tenido en América Latina romper el orden constitucional.

Y al responder a los cuestionamientos de quienes ayer dieron la batalla en San Lázaro --Juan Carlos Romero Hicks, Marco Adame, Elías Lixa, Mariana García Rojas del PAN; Verónica Juárez (PRD), Martha Tagle (MC), Claudia Pastor y Mariana Rodríguez Mier y Terán (PRI) entre otros-- el experimentado político les transmitió la confianza de que les asistía la razón.“No tengo la menor duda de que la Corte fallará a nuestro favor, y entonces podemos echar a andar el círculo virtuoso de la democracia a la que todos deben acostumbrarse”, auguró.

El diputado Mier Velazco justificó: “El conservadurismo opta por el derecho. El liberador, y somos parte de un movimiento liberador, opta por la justicia, por la felicidad y/o por lo que es necesario”.

Muñoz Ledo le reviró: “El fin justifica los medios es el origen de todas las tropelías, de todas las invasiones, de todas las vejaciones al ser humano. Quien lo dice, se autocondena”.

Después de la intervención de Muñoz Ledo nadie se atrevió a defender la constitucionalidad de la medida.

El morenista Cayetano García se lavó las manos: “Yo apuesto a que la Corte la va a echar para abajo”.

Y es que, efectivamente, tocará ahora a los ministros de la SCJN decidir si Porfirio pecó de optimismo la madrugada en que ganó el debate en contra de la Ley Zaldívar.

O si en esta memorable jornada tenía razón la otra rebelde de la bancada, Lorena Villavicencio, quien la mañana del viernes alertó: “La cuarta transformación no es reeditar lo que vivimos en el pasado. Tiene que estar anclada en los principios y valores que establece la Constitución. Si no, no será transformación, será regresión”.

 

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