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La pasarela del Tec

Ivonne Melgar

Ivonne Melgar

Retrovisor

Si el debate del domingo 22 fue una buena señal de nuestra democracia electoral, la pasarela de candidatos en el Tecnológico de Monterrey resultó ser una excelente noticia sobre las capacidades políticas y ciudadanas del relevo generacional que viene.

Organizado por sus alumnos, este foro puso el acento en las definiciones de los temas polémicos.

Fue impresionante constatar la importancia que nuestros jóvenes más ilustrados otorgan al respeto que los contendientes ofrecieron en los temas de equidad de género y matrimonio igualitario.

El aplausómetro nunca fue mayor que en ese momento en que Andrés Manuel López Obrador respondió con la palabra libertad ante la solicitud de una postura sobre las uniones del mismo sexo.

Y lo mismo sucedió con Jaime Rodríguez Calderón cuando contestó: “Que cada quién se case con quien quiera”.

Ese mismo auditorio celebró con igual entusiasmo la respuesta de Ricardo Anaya, quien abrió este ejercicio el jueves, de que la amnistía para los delincuentes es “una locura”.

Pero igualmente ovacionado fue José Antonio Meade al responder con un “¡Por el amor de Dios, no!” a la idea de la revocación de mandato presidencial cada dos años, como lo propone el representante de Morena.

También Margarita Zavala se llevó el reconocimiento al señalar que “hay mucho cobarde en la política” y que varios alcaldes le han dicho que no pueden apoyarla porque los castigarían presupuestalmente.

Bajo un formato en el que los contendientes respondieron interrogantes de sus biografías y de la viabilidad de sus promesas, la pasarela del Tec resultó ser, además, un genuino intento de forzarlos al reconocimiento recíproco.

Y es que los alumnos pidieron a cada uno señalar una cualidad de sus adversarios políticos y decir por quién habrían votado, de no ser parte de la boleta presidencial. Las respuestas que a continuación compartimos, en el orden en que fueron expuestas, dibujan sus temperamentos y ánimos políticos.

Margarita me parece una mujer sensible y con mucho carisma. José Antonio: es un hombre listo y preparado.

El Bronco es muy echado para adelante y muy simpático también. Andrés Manuel es muy tenaz, muy perseverante. Flores pa’ todos los candidatos”, enumeró el candidato del Frente PAN-PRD-MC.

Y, en un claro guiño de ojo con la aspirante independiente, comentó: “Evidentemente que estaría apoyando a quien fuera la candidata o el candidato de nuestra coalición (...) Si yo no hubiera sido el candidato del PAN, pues probablemente lo habría sido Margarita y por supuesto que yo la hubiera apoyado”.

Rodríguez Calderón dejó su voto imaginario también para ella, a quien calificó de una mujer sensible. 

Andrés Manuel es persistente. Meade... pues podría ser un buen secretario de Hacienda, pero no lo invitaría (a mi gabinete). En el caso de Anaya ... pues, sabe hablar francés”, dijo El Bronco, que difícilmente abandona su vocación a desatar carcajadas.

En este obligado ejercicio de hablar bien de los otros, Margarita Zavala fue la más generosa: “Meade es un hombre muy preparado y que creo que ha sido buen servidor público. Es un buen hombre. Es un buen padre de familia. Ricardo es un hombre muy listo. Es talentoso. Es estructurado y es un buen polemista. Articula muy bien y es disciplinado. El Bronco es simpático. Y se presenta así como es. Andrés Manuel es cercano a la gente. Más allá de perseverante. Y es un hombre de fe, que yo valoro. Al final de cuentas, todos, vamos a tener la tarea de sacar a México adelante”.

Y, crítica, Zavala le devolvió la cortesía a Anaya al afirmar que probablemente hubiera votado por él, de haber sido electo democráticamente por los panistas. 

En contraste, López Obrador se negó a la petición de los jóvenes y dijo que él optaría por la abstención.

Hubo carcajadas y aplausos. Pero fueron los menos en un auditorio de mil 800 alumnos.

“Pues no veo cualidades, la verdad. Éste no es un asunto de ser buena gente (...) Las cualidades del candidato del PRI de ser cómplice de corrupción. Las cualidades de Anaya de formar parte de beneficiarse de la partida de los moches (...) El independiente lo es de los ciudadanos. No de la mafia del poder. Y la señora Margarita, pues no expreso lo que en realidad pienso, por respeto a ella”, descalificó.

Al cerrar la pasarela, atestiguamos un Meade alegre y divertido. Nada qué ver con el candidato del debate del INE.  Y si bien se salió por la tangente de que sólo votaría por quien entregara una bien hecha “declaración 7 de 7”, no tuvo empacho en elogiar a Margarita por honesta y audaz, y señalar que Anaya es elocuente, articulado y buen polemista. El Bronco ocurrente y agradable. Y López Obrador tenaz, perseverante y con emotividad social.

Tanto el jueves como el viernes escuché cómo los alumnos debatían al analizar a los aspirantes. Nunca hubo una consigna. Ni una silbatina. Nadie echó montón.  

Somos 14 millones de votos jóvenes, el 30 % del padrón, reiteraron los anfitriones.

Como periodista, disfruté esta novedosa experiencia. Y como orgullosa egresada de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, sufrí al pensar que un ejercicio así, hoy, difícilmente sería posible en nuestra querida UNAM. 

Ni hablar. Ahora sí nos pusieron la vara alta.

 

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