¿Feministas o feminazis?

Por Ariadna Juárez

A lo largo del año escucho términos que me señalan como la causa de los problemas y no como parte de la solución. Palabras como “asesina” por apoyar el aborto, “loca” por exigir ampliación a los derechos de las mujeres, “histérica” por defender mi postura, “intensa” por compartir lo que me parece correcto en redes, y claro, el clásico y muy usado “feminazi”, utilizado para acentuar cualquiera de las razones anteriores, en específico, por un supuesto odio a los hombres.

La palabra feminazi no me ofende, pero me parece despreciable que se use para descalificar el movimiento que defiende los derechos de la mujer y se ponga a la par de un genocidio que segregó y discriminó razas y creencias. Hasta donde sé, el feminismo no discrimina preferencias sexuales, creencias religiosas o raza.

No trata de segregar sexos ni busca eliminar hombres, el feminismo busca que las mujeres estén en igualdad de condiciones como el hombre y, ahora, se busca incluir en temas de salubridad, seguridad y trabajo.

Aborto legal y seguro para no morir y decidir cuándo ser madres. Muchas personas señalan que somos malas mujeres por apoyar algo que, nos guste o no, se practica y en las peores condiciones sanitarias poniendo en riesgo la vida. El aborto no es un tema de hoy ni una moda, lleva años practicándose en manos de charlatanes que arrebatan vidas a cambio de un par de monedas.

Si bien nada te obliga a practicarlo ni a aceptarlo, sí debemos estar conscientes de los cientos de casos que hay y que seguirán en la clandestinidad. Legal no significa que todas debamos practicarlo, es una exigencia para que tengamos el privilegio de elegir.

Queremos ser libres y nos queremos vivas. Sí, estamos conscientes de que no todos los hombres son violadores y que probablemente jamás le han faltado al respeto a alguna mujer, pero la mayoría de los acusados por violación son hombres y son ellos quienes en su mayoría asesinan a sus parejas sentimentales por celos, riñas o por recientes separaciones. No, no es culpa de la mujer por “no irse a tiempo”.

No, no te vamos a aplaudir o felicitar por comportarte como un ser racional y civilizado y, no, no eres un caso extraordinario. Lo extraordinario sería que no apoyaras a tus congéneres que comparten chistes misóginos o packs de sus parejas.

Mejores oportunidades laborales. El tema no es a cuántas mujeres se incluyen en sus empresas o equipos de trabajo, el verdadero asunto es ¿en verdad le das voz a las mujeres de tu equipo de trabajo? No, no se trata de hacernos un favor y poner a dos mujeres al frente de un proyecto para ponerte una estrellita y después ignorarlas. Ni hablemos del tema de los salarios, que sigue siendo un punto sensible en el que, incluso, las estrellas de Hollywood no han salido gloriosas. 

¿Seguirás usando el término feminazi?

Cuestionar el movimiento y sus razones es vivir en una burbuja donde aparentemente no está ocurriendo nada. Se burlan, descalifican y se enfocan en los actos “vandálicos”, nos llaman feminazis, pero no etiquetan a los violadores y asesinos, porque llamarlos así no es etiquetarlos, sólo es nombrarlos por su acto incivilizado.

Probablemente, sigas utilizándolo casi como un chiste, quizás no has llegado a este párrafo cuando te reíste y dijiste “¡esta feminazi!”, está bien, sé que no he matado a nadie, sé que no odio a los hombres y merezco ser libre de pensar y desear una vida mejor para mí y las generaciones que vienen. Tu término que SÍ segrega y señala, NO ME REPRESENTA.

                                        arije2624@gmail.com