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Ignacio López Tarso

Gustavo A Infante

Gustavo A Infante

Última Palabra

Ustedes saben, queridos lectores, que con frecuencia recomiendo que vean mis programas de televisión. Y déjenme les digo que todas y cada una de las entrevistas que tengo la oportunidad de realizar son un reto y un objetivo para mí, pues todas son mías y para cada una de ellas me preparo, pero para la que se va a transmitir este sábado no sólo estudié su vasta trayectoria, sino que gocé al prepararla, pero más al hacerla y escuchar a un hombre que lleva 70 años arriba de las tablas teatrales, frente a las cámaras de cine y televisión, y disfrutar a alguien como don Ignacio López Tarso para el programa El minuto que cambió mi destino

Sin lugar a ninguna duda, esta puede ser la entrevista más enriquecedora que he tenido oportunidad de realizar. Me habla de su infancia, de sus padres, de su familia, de su matrimonio, de sus muertes, de la guerra, de la escuela donde estudia actuación, repasa él mismo su ingreso al mundo del cine, la televisión, en fin, es una conversación única que no se pueden perder este sábado a las 21 horas, a través de Imagen Televisión, canal 3.1.

 

PABLO LYLE

¿Se han preguntado de qué vive Pablo Lyle hoy en día? Me parece súper grave y fuerte lo que le está sucediendo a este actor, quien, sin imaginarse todo lo que iba a perder, le pegó a un señor que se bajó de su automóvil, supuestamente a reclamarles algo.

Veo la situación complicada. aunque no soy abogado, juez o jurado, ni lo pretendo, según mi punto de vista, sí hay muchas agravantes. Por ejemplo, que lo golpeó cuando el señor tenía las manos arriba, como pidiendo que no lo hiciera. Después, que huyó de la escena del crimen; luego, pretendió tomar un vuelo a México, es decir, se iba a pelar. En fin, insisto en que son bastantes las agravantes.

Y mi pregunta sigue en el aire, ¿de qué vivirá Pablo? Porque no tiene trabajo y dudo mucho que haya sido millonario como para él mismo solventar esta situación, que  es en Estados Unidos. Por eso, de manera respetuosa, desde esta columna les sugiero que no se bajen de sus automóviles, porque una acción así les puede costar la vida o arruinarles la misma.

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