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¿De qué van a vivir?

Gustavo A Infante

Gustavo A Infante

Última Palabra

Si esta pregunta la hubieran hecho a principios del 2020, la respuesta seguramente fuera otra, pero en julio de este año es incierto su futuro y les digo por qué, es que lo último que se abrirá son los sitios de esparcimiento, pues no los consideran de primera necesidad y quizá tengan razón, de seguro sí es más importante que la gente coma, que las familias generen trabajos y que tengan salud, eso es lo primordialmente importante, pero ¿qué van a hacer todas las personas que trabajan directa e indirectamente en el mundo del entretenimiento?

Por ejemplo, la meca del teatro musical, Broadway, en Nueva York, ya anunció que se abrirá hasta la primavera de 2021, por otro lado, instituciones tan importantes y, aparentemente, solventes como los Circos del Sol anunciaron que están en bancarrota y se vieron en la necesidad de despedir a casi tres mil trabajadores.

 En nuestro país, el grupo de profesionales que se dedica al teatro está verdaderamente desesperado, hablo desde productores, directores, escenógrafos, maquillistas, iluminadores, diseñadores, técnicos, pintores, tramoyistas, asistentes, boleteros, acomodadores, valet parking, seguridad, intendencia, publicidad, medios, además de los actores y cantantes, es una palabra, es una desgracia lo que están viviendo estos compañeros, y al parecer no hay para cuándo, pues tenían como fecha pactada el mes de octubre, pero con un 30 por ciento del aforo de un teatro es, simple y sencillamente, un suicidio para la industria del teatro.

La noticia que más los desalentó fue que Nueva York levante el telón hasta la primavera del próximo año. Sabemos que son miles de empleados de esta gigantesca industria neoyorquina varados en aquella ciudad, sin trabajo y sin posibilidades de que esto mejore en un corto plazo.

¿Qué hacer?, no sé ni qué responderles porque todo el mundo está igual, hay desempleo, falta de dinero, desgano y mucho miedo por parte de la población; hay miedo de salir, miedo de reintegrarse al mundo, de gastar, de reunirse en sitios públicos porque la pandemia no ha sido cosa sencilla.

Desde aquí un abrazo a esta maravillosa industria de entretenimiento, donde se genera en cada tabla teatral verdadera magia, ojalá los políticos que pretenden enarbolar la bandera del teatro lo hagan con seriedad y no sólo para salir en la foto y para que digan que trabajan sus comisiones.

 

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