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Tecnología y elecciones

Francisco Guerrero Aguirre

Francisco Guerrero Aguirre

Punto de equilibrio

La tecnología gobierna nuestra cotidianidad y transforma todos los aspectos de nuestras vidas. Desde el uso de teléfonos inteligentes, pasando por plataformas digitales para transacciones financieras, nuestras actividades están marcadas por la tecnología.

Sin embargo, los procesos electorales, incluso en los países más desarrollados, conservan aún niveles de incertidumbre al aplicar la tecnología en todas sus etapas, especialmente en lo que se refiere al voto electrónico.

Según datos del Atlantic Council, mientras que cerca de un tercio de los regímenes democráticos en el mundo han incorporado la tecnología en alguna etapa de sus comicios electorales, otros se han alejado de esa posibilidad.

Brasil e India han adoptado, de manera exitosa, la implementación del voto electrónico. Ambas naciones cuentan con órganos electorales independientes que gozan de buena reputación. Dichos órganos han agotado detallados procesos de planificación y diseño con el fin de asegurar confianza y transparencia de los sistemas.

En contraste, Los Países Bajos, Alemania e Irlanda demuestran que no en todos los casos la tecnología predomina. Debido a inquietudes sobre la confiablidad de los sistemas para votar de manera electrónica, en 2009, y después de más de 20 años de usar el voto electrónico, el gobierno holandés decidió regresar al voto en papel. De manera similar, la falta de confianza del electorado en los sistemas originó la decisión de Alemania e Irlanda de suspender el voto electrónico.

El voto electrónico plantea soluciones para hacer más rápido y preciso el procesamiento de los resultados, para que el voto sea más seguro, así como para garantizar el derecho al sufragio a poblaciones con accesos limitados. Sin embargo, los desafíos de seguridad y confiabilidad, así como las complejidades de los procedimientos y sistemas electrónicos, plantean un contrapeso importante a dichos beneficios.

El pasado 3 de febrero, durante la primera ronda de elecciones primarias en el estado de Iowa, en los Estados Unidos, el uso de la tecnología generó cuestionamientos inesperados.

La aplicación diseñada sencillamente no funcionó. Fallas técnicas, falta de pruebas suficientes y un entrenamiento insuficiente a los usuarios de la aplicación fueron, entre otras, las razones que causaron el retraso en la entrega de los resultados finales. El suceso de Iowa generó dudas en torno a sistemas de votación de larga data y confianza adquirida.

De igual manera, el pasado domingo, la Junta Central Electoral de República Dominicana suspendió el proceso de elecciones municipales en todo el país por fallas generalizadas en el sistema de votación automatizada, por primera vez en su historia democrática.

La tecnología ofrece importantes beneficios para la gestión electoral, no obstante, el éxito de la implementación de sistemas electrónicos en las elecciones, desde el registro de votantes hasta el mismo voto electrónico, depende fundamentalmente de la confianza que los ciudadanos tengan en dichos sistemas, en todas las etapas del proceso y en las entidades que lo administran.

 

balance

Es fundamental que al tomar decisiones sobre el uso de la tecnología en las elecciones se desarrollen procesos que incluyan a los partidos políticos, a la sociedad civil y a órganos electorales independientes.

Es de vital importancia realizar proyectos piloto en los que se ensaye la tecnología en diferentes escenarios y bajo variadas condiciones, y a través de los cuales se ofrezca la capacitación necesaria. Por último, es necesario garantizar que dichos procesos ofrezcan confianza y transparencia.

El uso de la tecnología de manera equivoca o sin considerar todas sus vulnerabilidades y desafíos no sólo ocasiona errores en la implementación de los procesos y en el control de calidad de los mismos, sino que resquebraja la percepción de confianza y seguridad en el electorado, amenazando la credibilidad de los sistemas democráticos. En este tema, el acompañamiento de los partidos políticos, la prudencia y la verificación técnica son siempre indispensables.

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