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La lista

Francisco Garfias

Francisco Garfias

Arsenal

No voy a hacer un alegato llorón ni a ponerme como víctima de ataques a la libertad de expresión, pero sí quiero puntualizar el tema de la lista de los periodistas “chayoteros” en la que fui incluido.

Es correcto que mi portal ElArsenal.net —que llegó a tener oficinas y una plantilla de 12 personas— recibió publicidad del gobierno de Peña Nieto de 2013 a 2018.

Las cifras filtradas por Jesús Ramírez, vocero de Presidencia, a principios de marzo, dicen que facturamos, en ese lapso, 8 millones 602 mil 810 pesos.

El total coincide con nuestra contabilidad.

Lo arriba escrito no es un mea culpa. No cometí delito alguno, ni hice algo chueco. Fueron pautas comerciales que incluían banners o videos, y no sobornos o “chayotes” para hablar bien del régimen anterior, como sugiere el Presidente. Jamás un centavo por mención o asesoría.

En este espacio, y en el portal, hemos mantenido una postura crítica frente a gobiernos de distintos colores. El que lo dude, puede consultar el histórico de ambos en internet.

Sin la publicidad oficial no hubiese podido pagar la nómina, que llegó a ser de 156 mil pesos mensuales, incluidos los gastos de operación.

Arsenal ocupaba una oficina ubicada en Insurgentes Sur —15 metros cuadrados— que ya no se utiliza por falta de personal, pero que aún pago obligatoriamente, por un contrato renovado automáticamente.

Aclarado el punto les quiero decir que para mí está clarísimo que el objetivo de la campaña que encabeza AMLO contra columnistas es desacreditarnos. Se ríe de nosotros cada que puede. Exhibe, amedrenta, enloda para callar. Distrae para tapar la crisis de salud.

En la lista se hacen generalizaciones que distorsionan, descontextualizan, confunden. “Todos son igual de corruptos”, acusan sus seguidores. No le hace que las críticas traigan datos sólidos.

AMLO no tiene la honradez intelectual de admitir errores. Nunca una autocrítica. Todo lo que sale mal es culpa del pasado, de la “mafia en el poder”, del “cochinero” que heredó del PRIAN, del “hampa del periodismo”.

Lo que él hace va “requetebién”.

En la mañanera de ayer dijo, bajo palabra, que ellos no dieron a conocer la lista. “Sólo entregamos esta información al Instituto de Transparencia”, aseguró.

Horas después, el propio Inai lo desmintió en un comunicado. Atribuyó su difusión a la Presidencia.

Sería bueno preguntarle al tabasqueño si Jesús Ramírez se fue por la libre cuando le pasó la primera lista a la revista Contralínea.

Las cifras que allí aparecen son correctas, por lo menos en mi caso. ¿Quién la filtro? “Yo tengo esas listas de periodistas columnistas”, se ufanaba, entonces, el portavoz.

La lista de marzo pasado incluía 14 periodistas. La de ayer trae 40 nombres. En el casillero 34 aparezco con otros cinco colegas que habríamos facturado, entre todos, 37 millones 691 mil 466 pesos en ese lustro.

La publicó Reforma, que se autoexcluyó, luego de una semana de ataques y burlas del Presidente al “hampa del periodismo”, a los columnistas que no influyen “ni en su casa”.

Antes de poner punto y aparte, le pido al gobierno que si hubo irregularidades o delitos procedan conforme a la ley. Y de una vez adelanto: ni un paso atrás en la crítica fundada.

Juan Ramón de la Fuente ya hizo sentir su presencia en la ONU. El representante permanente de nuestro país ante esa organización propuso al pleno del Consejo de Seguridad reactivar la vieja iniciativa franco-mexicana sobre la restricción del uso del veto.

Estados Unidos, Rusia, China, Francia y el Reino Unido son los cinco países que, individualmente, pueden parar una propuesta en la ONU, aunque todos los demás hayan votado a favor.

“Resulta inadmisible que una herramienta de procedimiento evite que el Consejo de Seguridad cumpla con sus obligaciones, especialmente cuando está en juego la vida de las personas”, dijo el exrector de la UNAM.

 

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