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El PRI bajo sospecha, la alianza opositora se tambalea

Francisco Garfias

Francisco Garfias

Arsenal

El PRI no da color sobre la controvertida reforma eléctrica del presidente López Obrador. Argumenta que es necesario analizarla a fondo, convocar a parlamento abierto, revisar pros y contras, antes de definir su voto.

Esa indefinición no sólo pone al tricolor bajo sospecha de estar entregado a la 4T, sino que ha llevado al borde de la ruptura a la alianza parlamentaria con el PAN y el PRD. “Una alianza se mantiene con hechos, no con dichos”, advirtió ayer Jorge Romero, coordinador parlamentario del PAN en San Lázaro. El misterio sobre su postura frente a la reforma eléctrica le ha jalado reflectores al PRI y lo pone en posición de fuerza a la hora de negociar. Basta comparar las dos ruedas de prensa celebradas ayer en San Lázaro: La del PRI a reventar, la de Morena a la mitad.

* El voto del tricolor definirá el rumbo de esa reforma, que pretende modificar tres artículos de la Constitución (25, 27 y 28.) El grupo tricolor tiene 70 diputados. La aprobación requiere de mayoría calificada (334 votos). 

A la coalición obradorista le faltarían 56 votos. En otras palabras: si 16 priistas votaran en contra, la Reforma no pasa. Ése es el verdadero “número mágico”.

Empresarios y opositores dicen que la reforma tiene un sesgo expropiatorio, traerá apagones, subirá los recibos de luz y provocará litigios con socios comerciales de México.

Morena y sus aliados sostienen que es para fortalecer la CFE y en beneficio del pueblo. López Obrador ya advirtió que serán balconeados los legisladores que voten en contra de su reforma. “No somos tapadera”, dijo.

Alejandro Moreno, dirigente nacional del PRI, comentó sobre esa advertencia: “Jamás, en los últimos 30 años, había habido un ataque brutal, sistemático y organizado del gobierno, principalmente contra ustedes, los medios de comunicación. Pero también contra los empresarios, los partidos políticos, los órganos autónomos constitucionales. No es novedad que eso ocurra”, puntualizó.

* En la rueda de prensa le hicimos notar a Alito Moreno que su grupo parlamentario es el único que no ha fijado postura frente a la controvertida reforma. Evadió: “Nosotros hemos fijado una postura. La del debate, la discusión. Respetamos a quienes han presentado la suya… A nosotros no nos corre prisa. Nadie nos presiona”.

Le preguntamos también sobre el mensaje que López Obrador mandó a los priistas, a propósito de la reforma: la disyuntiva es entre Lázaro Cárdenas o Carlos Salinas de Gortari. Moreno respondió: “Eso es lo que dice él. Son dos expresidentes de México. Es la historia, nada más. Es una comparación atemporal. Son momentos distintos del país.

“México cambia cada tres, cuatro, cinco años. Hoy vivimos también en una globalidad. Tenemos que discutir todos los temas de fondo. El PRI será responsable siempre con el país, en el contexto que hoy vive México y que hoy vive el mundo”.      

Durante el debate, en el salón de sesiones, nos llamó la atención que el diputado del PT, Gerardo Fernández Noroña, dijera que el tricolor ya recuperó el espíritu social de López Mateos. ¿Sabrá algo o hablará al tanteo?

* La reforma de López Obrador asegura a la CFE el 54% del mercado de energía eléctrica y el monopolio del litio, un mineral que se usa en los teléfonos celulares. El Presidente dice que es para fortalecer a la CFE y que representa un beneficio para el pueblo. Los opositores afirman que es un trancazo a la competitividad.  La propuesta elimina también los órganos regulatorios autónomos —CRE, Cenace CNH—, que representan un contrapeso a las decisiones del gobierno federal.

“Implicaría  retroceder a un monopolio estatal autorregulado, eliminando la libre competencia, prohibiendo a los particulares participar en la generación de la energía eléctrica”, dice un desplegado de la organización Sí Por México.

Jorge Young, presidente del Cluster Metropolitano de Energía, calificó la iniciativa como el intento de López Obrador para instaurar un régimen autoritario. “Definitivamente no le gusta que existan organismos autónomos que puedan cuestionar sus decisiones personales. Ya nisiquera son decisiones de gobierno”, nos dijo. El hombre tampoco entiende que las funciones de los organismos autónomos las asuma la CFE, a la que califica como “una olla de corrupción e ineficacia”.

Datos de Forbes México reflejan esa ineficacia. La CFE perdió 78 mil 920 millones de pesos en el 2020. Entre enero y marzo de 2021, esa pérdida fue de 35 mil 600 millones de pesos.

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