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La corrupción es un caudal

Fernando Islas

Fernando Islas

 

Abelina López robó cámara cuando esta semana, en la tribuna del pleno de la Cámara de Diputados, señaló que, en su calidad de abogada, alguna vez dio 20 mil pesos (¿de verdad ha sido la única vez?) a un Ministerio Público para solicitar un juicio abreviado. El resbalón de la legisladora federal no sorprende, pero llama la atención que una representante del partido en el poder, una administración que insiste en que el combate a la corrupción es y será su heráldica, hiciera tal confesión. Con amigos como la diputada López, la 4T no necesita enemigos.

Hecho el daño, la diputada López aclaró que no fue ella sino un tercero el que operó el soborno. Nuestros políticos, o algunos de ellos, han llegado a un estado crónico a la hora de desdecirse. Lo peor es que piensan que nos toman el pelo. Interrogados para ampliar la información sobre sus barbaridades, obligadamente señalan que los malinterpretaron. Dos meses y medio atrás Felipe Calderón sugirió que en Venezuela deberían alzarse en armas. Horas después llegó la aclaración necesaria del expresidente de México en el sentido de que sus palabras fueron sacadas de contexto. Nuestros políticos, o algunos de ellos, actúan como adolescentes malcriados. Prefieren pedir perdón a pedir permiso. El pueblo paga.

Como sea, la diputada Abelina López está a salvo de cualquier investigación “formal” gracias a su fuero, por mucho que haya dicho lo que dijo en la máxima tribuna legislativa del país. La corrupción ha sido el caudal en nuestra vida cotidiana. Dicen que es parte nuestra, que la traemos en las venas. Damos mordidas a los tránsitos para evitar la molestia y la pérdida de tiempo que representa ir a la delegación a pagar las multas correspondientes. Las autoridades reciben fuertes cantidades de dinero para agilizar trámites, retirar sellos de clausura o impedir que los pongan. Por otra parte, ¿cuántas propiedades de no sé cuántos millones de pesos le incautarán, finalmente, a Emilio Lozoya? “Así es esto”, se dice con resignación e, incluso, con cierto orgullo. Un orgullo imbécil. “El que no transa no avanza” es una frase tan mexicana que en las mejores épocas del PRI fue reemplazada por otra, ésta fulminante: “El político que no roba, se desprestigia”.

Empero, hoy en día el desprestigio político por actos de corrupción tiene eco global. Un estudio reciente de Transparencia Internacional sitúa a México entre los países con “pequeños o nulos” niveles de cumplimiento para combatir y sancionar el cohecho de servidores públicos extranjeros en transacciones comerciales internacionales de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), acuerdo firmado en 1997 (Exporting Corruption. Progress report 2020: Assessing enforcement of the OECD Anti-Bribery Convention, en https://drive.google.com/file/d/14jGAqnHS7R4yFV4xa306X7rAvV_Am0A7/view). Hay muchísimo trabajo por hacer, pero en este texto se destaca, entre otras acciones, que la aplicación de las leyes antilavado de dinero por la Unidad de Inteligencia Financiera “se ha vuelto más vigorosa desde 2019”.

 

  •  RODRIGO Y GABRIELA CELEBRAN CON PELÉ

Rodrigo y Gabriela, el dúo de guitarristas que inició su carrera en los pubs y las calles de Dublín y que ganara un Grammy en la categoría de Mejor Álbum instrumental contemporáneo por Mettavolution (2019), ha hecho una colaboración especial con Pelé, que este 23 de octubre cumple 80 años. Pelé, un compositor de toda la vida, cómplice del gran Gilberto Gil, escribió con Rodrigo y Gabriela, aficionados confesos del balompié, Acredita no véio, notas que el rey del futbol empezó en 2005 y cuyos arreglos fueron enviados y recibidos, en una venturosa ida y vuelta, entre São Paulo e Ixtapa.

El respectivo boletín de prensa cita el origen de Acredita no véio, según Pelé: “Escribí esta canción porque, cuando solía jugar con (el club) Santos, el entrenador decía que, cuando perdíamos, la culpa era de los jugadores. Pero cuando ganábamos había sido por la ‘macumba’ (magia negra), que ayudaba. La canción bromea sobre eso. Por supuesto, la ‘macumba’ no gana juegos para nada”.

Pelé nunca ha ocultado su cariño por México. Este año se cumplió medio siglo de aquella selección de Brasil que enamoró a propios y extraños en el Mundial del 70 y ahora el mejor futbolista de todos los tiempos hace equipo con los más dublineses de los artistas mexicanos.

 

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