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Imágenes y palabras

Fernando Islas

Fernando Islas

John F. Kennedy, el 35° presidente de Estados Unidos, tenía su opinión sobre Robert Frost: “Ha legado a su nación un cuerpo de versos imperecederos del que los estadunidenses siempre obtendrán alegría y comprensión”. El 20 de enero de 1961, Frost, ya octogenario, se convirtió en el primer poeta en leer en la ceremonia de la toma de posesión de un primer mandatario de la Unión Americana. La poesía elevada a asunto de Estado.

A petición de JFK, Frost recitó El regalo absoluto, una historia de Estados Unidos en unas cuantas líneas: “La tierra fue nuestra antes de que nosotros fuéramos la tierra/Ella fue nuestra tierra por más de cien años/Antes que fuéramos su pueblo. Ella fue nuestra/En Massachusetts, en Virginia/Aunque fuimos de Inglaterra, todavía coloniales/Poseyendo lo que aún no nos poseía/Poseídos por lo que no poseíamos ahora/Algo que retuvimos nos hizo débiles/Hasta que descubrimos que fuimos nosotros mismos/Quienes nos reteníamos de la tierra donde viviríamos,/Y de inmediato encontramos la salvación al rendirnos/Tal como fuimos nos entregamos de manera absoluta/(El acta del regalo fue demasiadas actas de guerra)/A la tierra que vagamente se advierte al oeste/Pero aún sin historia, sin arte, sin nada que destacar/Tal como ella era, tal como llegaría a ser”.

A sus 22 años, la poeta Amanda Gorman robó cámara cuando leyó sus versos en la ceremonia de investidura de Joe Biden, el 46º presidente de nuestro vecino país del norte. Gorman tomó el testigo que surgió con Robert Frost. Fue la sexta ocasión que se realiza semejante acto. Maya Angelou (1993) y Miller Williams (1997) los hicieron con Bill Clinton, y Elizabeth Alexander (2009) y Richard Blanco (2013) con Barak Obama.

La intervención de Gorman le dio brillo al evento y conmovió a los presentes durante la fría tarde de Washington a los pies del Capitolio, el recinto que fue atacado días atrás por simpatizantes de Donald Trump, quien durante su administración hizo todo lo posible por dividir a su nación en dos colores de piel. En su poema La colina que escalamos, Gorman abordó ese lamentable acontecimiento, señaló en una entrevista previa a la Associated Press, porque, dijo, su material “no da la espalda a la evidencia de discordia y división”.

Amanda Gorman se convirtió en la portadora de un mensaje claro y directo hacia una comunidad que desea sanar sus heridas. “Hemos aprendido que el silencio no siempre es la paz/Y las normas y nociones/de lo que es justo/no siempre es la justicia/Y sin embargo el amanecer es nuestro […]”, dio lectura la joven poeta a los millones de televidentes alrededor del mundo que siguieron la transmisión. Sus poderosas palabras matizaron las que ha usado Biden desde que se convirtió en el candidato demócrata para ocupar la Casa Blanca: “No daremos marcha atrás hacia lo que era/avanzaremos a lo que será/Un país lastimado, pero entero/benevolente, pero audaz/fiero y libre”.

Fue una intervención de cinco minutos previamente pactada, pero llena de una energía que pegó directo al corazón. Imágenes y palabras que ayudaron a comprender mejor lo que ahora mismo sucede y requiere Estados Unidos. Desde ese día, Amanda Gorman se convirtió en best seller en Amazon, pero es evidente que su tarea, es decir, su vida, apenas empieza. Como dijo el propio Robert Frost, “un poema comienza con deleite y termina con sabiduría”.

 

CAJA NEGRA

El martes 19 de enero quedará como uno de los días más tristes en el ámbito del futbol mexicano. Gustavo el Halcón Peña, capitán de la selección en el Mundial de México 70, y José Alves Zague, viejo símbolo del América, murieron con unas horas de diferencia. Jalisciense el primero y bahiano el segundo, ambos fueron exitosos y se hicieron ídolos en los estadios de nuestro país. Zaguinho, también referente del equipo de Coapa y desde hace años famoso comentarista deportivo, dio la noticia de su padre. Del Halcón Peña se supo por la Femexfut. Empero, fue igual de triste notar que Gustavo Peña es un desconocido por los jóvenes redactores que hoy en día nutren lo que circula en la red o envían alertas a los dispositivos móviles, pues tardaron horas en dar aviso o, de plano, ignoraron su deceso. Muchachos, el futbol no empezó cuando nacieron ustedes. La historia, tampoco. La historia es novedad.

 

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