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Cienfuegos, pandemia y mariguana

Fernando Belaunzarán

Fernando Belaunzarán

Hay acontecimientos que no pueden dejarse pasar, pues la vorágine que sacude la opinión pública hace que la atención giré muy rápido hacia diferentes temas, y es mejor abordarlos antes de que se pierda el interés en discutirlos o se sigan acumulando otros que también merecen ser consignados y analizados.

Es insólito que retiraran los cargos en Estados Unidos al general Salvador Cienfuegos. Es terrible que en México se haya llegado a las 100 mil defunciones oficiales por covid-19. Es histórico que se establezca un mercado de mariguana para fines personales, aunque la regulación propuesta sea deficiente.

El retorno del general es un logro diplomático que sorprende y, en parte por ello, deja muchas interrogantes. No han faltado versiones difundidas por medios y agencias noticiosas que hablan de amenazas o, bien, compromisos, para conseguir la libertad del exsecretario de la Defensa. El amago de expulsar a los agentes de la DEA, o al menos congelar la colaboración con ellos suena plausible, lo mismo que la oferta de detener a un importante capo del fentanilo. Sin embargo, resultan insuficientes.

Una constante de la administración de Donald Trump ha sido la confrontación con instituciones y organismos que trabajan sin someterse a los designios presidenciales. Carece de visión de Estado, piensa que éste debe estar a su servicio y, cuando no es así, le estorba. Está por irse y no es creíble que le importe la relación bilateral a un par de meses de dejar la Casa Blanca. Nada más alejado de su actitud que resolverle problemas a su rival, Joe Biden.

Las relaciones que cultiva el mandatario norteamericano son personales. Tiene una cercanía con el Presidente mexicano que no puede explicarse por las políticas públicas implementadas, sino por las mutuas ventajas a sus proyectos políticos particulares. Es posible que Trump haya sido ajeno a la determinación de detener a Cienfuegos, pero es inocultable que la decisión de liberarlo pasó por él. No es que la negativa a felicitar a Biden haya sido moneda de cambio, lo que sería pueril; pero el retiro de cargos resulta impensable sin la camaradería con dejos de complicidad que existe entre ambos, misma que la manoseada Doctrina Estrada no alcanza a ocultar.

Donald Trump ayudó a su amigo López Obrador a apaciguar el malestar en el Ejército, pilar de su gestión. Ya no sabremos si la acusación al general tenía bases, pues si su liberación allá fue política, acá la impartición de justicia sigue siéndolo y, a últimas fechas, de manera por demás grosera. Lo trajeron de la arbitrariedad a la impunidad.

 

 *El problema no es equivocarse, sino persistir en el error. Si ha habido una constante del gobierno frente a la pandemia es su subestimación. Comenzaron diciendo que era menos grave que la influenza y se aplicó el Modelo Centinela como si se tratara de enfermedades similares; el Presidente se jactó de tenerla domada cuando apenas se rebasaban los mil fallecimientos y el subsecretario vocero, Hugo López-Gatell, calculaba seis mil fallecimientos; después aseguró que lo impeGUERnsable y catastrófico sería llegar a 60 mil. Pues ya se contabilizan 100 mil de manera oficial y el exceso de mortalidad, el número por encima de los esperados, que en buena medida se explica por el coronavirus, ya pasó los 200 mil.

El dolor por la ausencia repentina de tantos seres queridos es inenarrable y se siguen haciendo pocas pruebas. Bueno, ni siquiera promueven el uso obligatorio del cubrebocas porque al Presidente le recuerda lo que hizo Felipe Calderón cuando el A(H1N1). La tragedia no ha terminado y, lo peor, las lecciones no han sido aprendidas por las autoridades responsables.

 

 *Regular el mercado de la mariguana para fines personales es un hecho histórico, pero agridulce. La minuta aprobada por el Senado mantiene la criminalización de la posesión simple y no hay medidas que favorezcan la incorporación de los campesinos que a eso se han dedicado. Si no se corrige en la Cámara de Diputados, se alentará la persistencia de un mercado negro para el grueso de los usuarios, mismos que seguirán siendo perseguidos. ¿Por qué no hacer las cosas bien? ¿Por qué ignorar el conocimiento y la experiencia de expertos y activistas?

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