Logo de Excélsior                                                        

Violencia en la ciudad

Federico Döring

Federico Döring

A tan sólo cinco días de arrancado el año, la Ciudad de México no ha dejado de ser noticia por los crímenes violentos que se han registrado en sus calles. Por lo menos, una docena de asesinatos han sido la nota y para el gobierno capitalino la situación se define como delicada.

La jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, reconoce que “se vive una situación difícil en seguridad”. Palabras cortas, palabras limitadas para dimensionar una realidad preocupante: en la Ciudad de México el crimen organizado está permeando y la nueva administración aún no ha sido capaz de presentar un plan de trabajo en uno de los temas de agenda que debería estar entre las prioridades a resolver.

En este contexto, la mandataria capitalina da pistas sobre la estrategia que presentarán y que en esencia será ir de la mano con el gobierno federal. Ha abierto la puerta para que la Marina y el Ejército intervengan, de momento, sólo en los trabajos de inteligencia y análisis en las mesas de seguridad que se implementarán.

La lectura entre líneas de estas declaraciones –a falta de mayores elementos a analizar, puesto que no se ha presentado ninguna estrategia– es que Sheinbaum pretende alinearse con la ruta que planteó Andrés Manuel López Obrador con la creación de la Guardia Nacional, una institución integrada por policías militares, navales y federales.

Si bien es cierto, la mandataria capitalina descarta que en la Ciudad de México habrá operativos militares, pero, insisto, sin un plan en la mesa que detalle las acciones para combatir el crimen organizado, es válido anticipar que la estrategia de Morena, ya sea en el gobierno federal o local, sigue el mismo trayecto.

Sin embargo, Morena ya demostró su desdén por la seguridad en la ciudad cuando permitió que el crimen organizado entrara a través de la entonces delegación Tláhuac, cuando su titular, Rigoberto Salgado, emanado de dicho instituto político, dio cobijo a que se gestara el grupo delictivo conocido como el Cártel de Tláhuac.

Los grupos del narco siempre han estado cercanos a la capital del país, radicados en el Estado de México, coordinando su operación desde la entidad mexiquense, pero siempre fuera de la ciudad. Situación que evidentemente se está modificando y la puerta de entrada fue Morena.

Hoy, como administradores del gobierno de la Ciudad de México, ya no tienen a nadie más a quien responsabilizar más que a ellos mismos sobre el éxito o fracaso del combate al crimen organizado. Por lo pronto, no hay ninguna carta sobre la mesa que nos indique hacia dónde caminarán, mientras el crimen sigue cobrando víctimas día con día.

Al final, una cosa me queda claro. No saben cómo lidiar con un problema que no se resuelva con dinero. Como la delincuencia organizada no se maneja ni con subsidios ni con gasto social populista, no tienen idea de qué hacer. A lo largo de su incipiente historia, Morena sólo ha sido capaz de enfrentar problemas regalando dinero ajeno, y cuando esto deja de ser suficiente, carece de política pública y experiencia para enfrentarlo.

 

Comparte en Redes Sociales