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Educación

Fabiola Guarneros Saavedra

Fabiola Guarneros Saavedra

Mensaje directo

 

El próximo martes a las seis de la tarde, los senadores iniciarán la discusión en comisiones de las tres leyes educativas que aprobaron los diputados, pero no espere un análisis o una revisión profunda de las reformas, tampoco confíe en que las contradicciones constitucionales, los errores o las omisiones serán subsanadas esa noche. No dará tiempo y tampoco es el propósito.

Los senadores del partido en el gobierno y sus aliados ya tienen previsto aprobar el miércoles, en sesión extraordinaria, los dictámenes tal y como vienen. La instrucción está dada y la bancada de Morena tendrá que avalar lo aprobado por sus compañeros de partido en la Cámara de Diputados, porque esas leyes se acordaron en Palacio Nacional con el visto bueno de los dirigentes de la CNTE, (y esto último no lo digo yo, lo declaró públicamente Mario Delgado, el coordinador de los diputados morenistas).

No debiera sorprendernos el trámite fast track en el Congreso ni la aplanadora morenista ni los diputados levanta dedos, porque son prácticas habituales instauradas por los priistas cuando gobernaban el país y también eran mayoría en las Cámaras. Esas estrategias también la utilizaron los panistas cuando fueron gobierno y los perredistas en aquella Asamblea Legislativa. Ahora, las veremos con Morena.

Pero, ¿cuáles son los mensajes que se envían? Primero, que las leyes secundarias en materia de educación respondieron nuevamente a intereses políticos, clientelares y a los de los dirigentes de la CNTE, que se negaron a perder el control del dinero y de las plazas.

Segundo mensaje: Quien amague, tome instalaciones, cierre carreteras, impida sesiones del Congreso, venda plazas, corrompa el sistema y rape a maestros que no estén de acuerdo en abandonar sus salones de clases, recuperarán sus privilegios, incluso podrán pedir sus letras de oro en el muro de honor de la Cámara de Diputados.

Tercero: Los alumnos y los maestros no son prioridad. En las leyes General de Educación, Reglamentaria sobre Mejora Continua de la Educación y General del Sistema de Carrera de las Maestras y Maestros se mencionan, por supuesto, pero sólo como los sujetos de buenas intenciones.

Por ejemplo en la Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros no están los cómos que sustentan este principio: “revalorizar a los maestros y maestras como profesionales de la educación, con pleno respeto a sus derechos”.

“Tiene el propósito de contribuir a la excelencia de la educación en un marco de inclusión y equidad”, ¿cómo, con qué método, ya saben cómo capacitarán al docente, lo dotarán de los materiales y herramientas para incluir a los niños con capacidades diferentes?, ¿podrán adecuar su programa de trabajo?, ¿quién los apoyará?

Hay que reconocer que en esta ley sí se establece con claridad un canonjía para la CNTE y el SNTE:  “Las representaciones sindicales estarán incluidas para decidir la asignación de plazas, los ascensos e, incluso, los cambios de centros de trabajo de los empleados de la educación, esto como una garantía en el respeto de los derechos de los trabajadores”.

En la Ley General de Educación se establece que “el Estado priorizará el interés superior de niñas, niños, adolescentes y jóvenes en el ejercicio de su derecho a la educación, para lo cual garantizará el desarrollo de programas y políticas públicas que hagan efectivo ese principio constitucional”. Excelente, sólo que no tiene los cómos.

La verdadera transformación educativa, la calidad que se busca, la revalorización del maestro y del alumno seguirán siendo un pendiente. Una demanda que nuevamente quedó postergada ante el clientelismo.


 

DM

Mi reconocimiento y agradecimiento a los profesores de las escuelas públicas, a los que no abandonan su salón de clases para buscar privilegios o lucrar con las plazas, que ven en la enseñanza un apostolado, que se interesan por sus alumnos. Mi aplauso para ustedes maestros que en el aula no sólo imparten los conocimientos académicos, pues dan mucho más: hábitos, reglas de convivencia. Se convierten en padres, enfermeros, terapeutas, comparten su  sándwich o galleta durante el recreo, llevan el material del niño que, por falta de recursos, no lo puede entregar; que adaptan su plan de trabajo para el niño que entiende de otra manera. El Estado aún tiene una deuda con ustedes.

 

 

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