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Caldo de cultivo

Fabiola Guarneros Saavedra

Fabiola Guarneros Saavedra

Mensaje directo

Todos los elementos están puestos para detonar un clima de chantaje y amago permanente en el país. La impunidad gana terreno y la justicia selectiva se aplica sólo cuando la orden va firmada con tinta política.

Durante la última semana se han registrado hecho delictivos graves, cometidos por el llamado “pueblo bueno”, por estudiantes normalistas que secuestran, roban, golpean y vandalizan.

Estos jóvenes han confesado sus delitos (a pesar de que se les ha detectado infraganti), no para pedir perdón, asumir su responsabilidad y someterse a la ley, sino para negociar, exigir, plazas laborales, becas, destituir autoridades y hasta para conseguir pasto sintético.

Y lo lograron. El Estado mexicano cedió en todo, con tal de que liberaran a choferes secuestrados y autobuses robados y desvalijados. Con esta acción, las autoridades federales y estatales pusieron en ebullición la olla del caldo de cultivo.

Siempre han existido protestas, tomas de casetas, robo de camiones de pasajeros y repartidores, secuestro de choferes, cierres de escuelas y actos vandálicos en Congresos locales o secretarías de gobiernos federal o estatales.

Las normales rurales usan estos métodos desde hace muchos años. Y ese es el problema, no se aplica la ley, no se detiene a nadie a pesar de cometer delitos graves. Se cultiva la impunidad.

Y esta administración no es diferente a las otras. Quizá sí en un elemento; los pasados gobiernos también negociaban y cedían, pero simulaban contención o por lo menos enviaban policías. La actual administración ha decidido que no reprimirá ni castigará a nadie y dicho esto desde Palacio Nacional puede tomarse como política de gobierno.

El problema es que desde el Estado se han validado los métodos de la ilegalidad para que los diversos grupos logren que les cumplan sus demandas. Y el ejemplo más reciente fue la negociación de la CNTE con el gobierno federal, en Palacio Nacional.

Dice el pueblo —bueno o malo— que la palabra convence, pero el ejemplo arrastra, y eso está sucediendo. Les dejo a manera de síntesis y de ingredientes del caldo los hechos delictivos de días pasados y que han sido premiados:

Jueves 3. Alumnos de la Escuela Normal Rural de Tenería pusieron en marcha el secuestro hormiga de autobuses y choferes para que las autoridades del Estado de México atendieran sus demandas.

Para el miércoles 9 (seis días después) ya tenían 92 camiones de pasajeros y a sus choferes; entonces se instaló una mesa de diálogo con los normalistas y autoridades de la Secretaría de Gobernación y del Estado de México.

El resultado fue la creación de plazas automáticas para los normalistas egresados, eliminación del examen de oposición o cualquier instrumento de evaluación clasificatoria, regreso del método de escalafón, incremento de la beca estatal de mil a tres mil pesos para los estudiantes de quinto, sexto, séptimo y octavo semestre, inscripción de todos  los alumnos a la beca federal BAPISS, becas del 100% para maestría y doctorado de los egresado, pago de los trámites de titulación y cédula profesional, y arreglar el pasto sintético en la cancha de futbol.

No hay nadie detenido por el secuestro de los choferes ni por el robo de los camiones, a pesar de que los propios estudiantes admitieron los hechos; se difundieron videos que demuestran cómo en seis minutos se robaron 11 autobuses, y se presentaron denuncias por robo con violencia y secuestro que serán ampliadas para agregar otros delitos, como daño en bienes y robo de autopartes.

Las pérdidas, según los líderes de las empresas Teo, Flecha Roja y Zinabus Excelencia oscilarán en más de 20 millones de pesos.

Jueves 10. Alumnos de las normales de Ayotzinapa y Tenería secuestraron cuatro camiones para viajar al municipio de Teteles de Ávila Castillo, Puebla, y apoyar la protesta estudiantil de la Normal Rural Carmen Serdán, para remover a las autoridades del plantel.

Viernes 11. Normalistas de la Escuela Normal Rural Vasco de Quiroga, Michoacán, liberaron nueve vehículos de los 28 que habían robado, para exigir pago de becas, recursos para su manutención y agilización de trámites para ocupar una plaza laboral.

Ya veremos a qué sabe o qué resulta cuando termine la ebullición del caldo.

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